Capítulo 33.

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El martes llegó y ni siquiera recordaba haberme quedado dormida la noche anterior.

Había estado dándole vueltas al tema de May Belle y Kate. Ellas se habían añadido la una a la otra a su lista de contactos del chat, aunque tampoco era la gran cosa. Me parecía raro ver que ellas habían hablado sobre agregarse mutuamente y hablar a través del ordenador. ¿Para qué querían hablar? ¿Tan amigas se habían vuelto? Tenía la esperanza de que May Belle sólo la hubiese agregado porque no quería hacerle el feo después de que ella la había invitado a su fiesta, una parte de mí quería creer que ella seguía de mi parte y que Kate la seguía cayendo igual de mal que al principio. Pero aquel martes, en la hora libre, confirmé que había pasado todo lo contrario.

Andé por los pasillos hasta abrir la puerta del comedor y eché un vistazo alrededor. Las personas que se habían percatado de mi presencia me miraban mientras susurraban cosas que no era capaz de escuchar. O eso o se reían sin importarles que estaba justamente delante.

Idiotas, pensé mientras paseaba la vista por el comedor.

No había visto a May Belle en todo el día ya que los martes a primera hora las dos teníamos clases diferentes y nos separaban. Tenía ganas de pasar un rato con ella, pero por dentro me comía la preocupación sobre su repentina amistad con Kate. En cuanto miré al lugar donde Kate y sus amigos se sentaban siempre, todo me confirmó que May Belle se había pasado a su bando.

Allí, en la mesa de Kate, se encontraban sus dos clones y algunas otras chicas que la hacían la pelota junto con chicos que babeaban por ella. Y justo a su lado estaba May Belle. Se estaba riendo sobre algo que habrían dicho y parecía estar totalmente contenta. Me sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago que me había devuelto a la realidad.

En el fondo sabía que tarde o temprano pasaría. Pero esperaba que fuera tarde.

Allí, al lado de Kate y Bel estaba sentado Sam, con su brazo por encima de los hombros de mi amiga. Al menos ella había conseguido salir con el chico que le gustaba. Me alegraba por ella. Era tan raro verla con esa gente... Siempre había sido tan callada, siempre iba a su bola, sólo ella misma. Supuse que todo esto tenía que pasar.

Calum también estaba allí. Me di el permiso de observarle durante más tiempo del que debía por el simple hecho de que él no se había dado cuenta de que lo estaba haciendo. Se había peinado el pelo de un forma distinta. Lo tenía un poco más corto por los laterales y tenía algo así como un tupé despeinado. No era exactamente un tupé, era extraño, pero le quedaba muy, muy bien. 

Sentí cómo mi estómago se encogía cuando le vi cerca de Kate. Ella se había sentado a su lado y ahora estaba inclinada hacia su lado, sujetando su barbilla con sus dedos índice y pulgar y diciéndole algo. Él la miraba atento, como si no hubiera nada más que ella, como si no pudiese pestañear por miedo a perderse alguno de sus movimientos. 

De repente Bratt apareció delante mía, quitándome cualquier visión de la escena que tenía lugar entre Calum y Kate. 

Agh. 

-¿Me odias por lo de ayer? -Preguntó, haciendo que volviera a la realidad y mi atención se centrara en él.

-¿Quieres decir lo de olvidarte de mí por completo y dejar que tu amiguito se ocupara de mí como si fuera un niño estorbando? No, no te odio por eso -Dije entornando los ojos -. Sabía que pasaría algo así, ni siquiera tenía que haber ido a la fiesta en un principio. 

-Bueno, te lo habrías pasado bien si hubieses bebido algo -Dijo él sonriendo. Fruncí el ceño.

-No todos necesitamos alcohol para pasárnoslo bien. 

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now