Capítulo 60.

853 52 7
                                    

-Lo mismo te digo, Hood -Respondí teniendo la certeza de que mi voz sonaba débil. En realidad no me importaba, porque Calum ya debía saber que lo era. 

Lo extraño era que tampoco me importaba que lo supiera.

No al menos en ese momento.

-¿Yo? -Ironizó mientras dejaba pequeños besos sobre mi piel, notaba cómo una pequeña sonrisa aparecía de repente entre beso y beso y sonreí también - ¿Provocarte?

-A todas horas -Articulé difícilmente mientras esbozaba una pequeña sonrisa.

-De todos modos, se ve quién es la veterana aquí.

Yo no estaba provocándole.

Al menos no era aquello lo que pretendía, simplemente no pretendía nada. No estaba pensando en la forma en que sus labios devoraban mi cuello, dejando marca; ni en la forma en que sus dedos quemaban la piel bajo mi camiseta, ni en cómo sus manos se aproximaban a mis pechos...

Una alarma dentro de mí me obligó a despertarme y apartar la mano de Calum de mi cuerpo. Él frunció el ceño y me miró con cautela, como quien se acerca a un animal salvaje con el propósito de no espantarle. Yo, por mi parte, me había incorporado y estaba sentada cuando empecé a hablar, mi voz apenas audible.

-Yo... -Comencé, pero no encontré palabras para describir todo lo que había venido a mi cabeza.

-Mierda -Maldijo Calum mientras se inclinaba para acercarse a mí. Por primera vez, vi una chispa de vacilación en su mirada -. No recordaba...

Noté por su tono de voz que estaba intentando evitar pronunciar la palabra tabú. Para ser sinceros, yo también estaba esquivando el tema. Él soltó un gruñido de exasperación y se pellizcó el puente de la nariz con una mano mientras apoyaba la otra sobre mi rodilla.

-Lo siento, Chloe -Dijo él.

Algo en mi mente gritaba que parase, que aquello no estaba bien. Sin embargo, en algún lugar de mi interior, una voz me susurraba que continuara, que no tuviera miedo, que me abriera a él.

-Quiero hacerlo -Empecé a decir y él sonrió con la mirada -, pero quiero hacerlo bien -Añadí -. No quiero... Es decir... Ugh.

-Tranquila -Dijo sonriendo de forma divertida -. ¿Crees... Crees que estás, hm... preparada?

Pude imaginarme que ninguna de las chicas con las que se había acostado antes eran vírgenes sólo por la forma en la que vacilaba al tratar aquel tema. Me encogí de hombros porque reamente no sabía la respuesta a su pregunta.

Calum sonrió y me contagió a mí, me agarró de la mano y me condujo a la segunda planta, depositando leves besos en mi nuca. Yo sólo intentaba centrarme en no tropezarme con los peldaños pero Calum no ayudaba en absoluto a que mi cabeza pensara con claridad.

Entramos en una habitación cualquiera y él se sentó en la cama antes de, desde allí, hacerme un gesto. Seguidamente, ambos nos tumbamos, mi rostro a la altura de su pecho, sus manos acariciando mi espalda, nuestras respiraciones esforzándose por actuar con normalidad sin resultado alguno.

-No sé en qué punto se halla nuestra relación y probablemente no lo sabré nunca, pero quiero tanto como tú que esto pase -Dijo.

Yo me levanté y le miré fijamente, esperando. Él me imitó y se mordió el labio, intentando que las palabras fluyeran por su mente.

-Por eso quiero que marques tu propio ritmo, que seas tú la que decidas empezar y acabar, que vayamos lento o rápido. Tú decides

Cogí aire.

Let's be Unpredictable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora