Capítulo 81.

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No lloré, y me pareció extraño. Pero a la vez no. Después de tanto tiempo me había hecho mucho más fuerte de lo que creía, había aprendido a no tomármelo todo como si el mundo fuera a acabarse y, sobretodo, a valorarme un poco más. Pero era difícil hacerlo después de aquella discusión.

Era yo la que lo había hecho mal. Todo, lo había hecho todo mal. El beso con Luke. Ni siquiera me había sentido mal porque tenía la certeza de que Calum también había besado a Kate, y casi me sentí como si tuviese que devolvérsela… ¿Por qué sentirme culpable por algo que él también había hecho?

Y ahí era donde debería haber sido más lista. ¿Por qué seguía creyendo lo que Kate decía? ¿Por qué seguía dejando que ella me manejara? Todo lo que hacía era hacerme daño, pero no era ella, sino yo. No podía hacerme daño si yo no la dejaba, pero el problema estaba ahí, en que sí lo hacía, la dejaba y ni siquiera me daba cuenta hasta que estaba jodida.

Solo era una niña, una ingenua, una estúpida. Jodidamente manejable, jodidamente imbécil, jodidamente inmadura. ¿Y todo lo que le había dicho a Calum? ¿Lo que le había hecho sentir por culpa de mi inseguridad e ingenuidad? Mi culpa.

Mi culpa.

Mi culpa.

Mi culpa.

Pero no había ningún sentido en seguir dándole vueltas. Solo iba a hacer que me sintiera peor, que me odiara a mí misma aún más, que odiara a todo el mundo y todo lo que pasaba a mi alrededor, y eso sería labrar un puente con mis propias manos entre el dolor y yo misma. No quería dejar que volviera a pasar.

Acabé durmiéndome. Tal vez eran las dos de la mañana, tal vez las tres… O las cuatro. No salí al tejado, lo que claramente influyó en que acabase sintiéndome tan mal. Pero hacía demasiado frío.

Y el martes no fue mucho mejor que el lunes. Las cosas no hacían más que empeorar. De nuevo.

Entré a clase y la profesora ya estaba ahí, aunque la clase no había empezado. Al parecer, ya que estábamos casi al final del curso, íbamos a ver una película sobre ciencia. Me senté rápidamente y eché un vistazo a la clase. Dos personas habían faltado, aunque eran dos personas que no me importaban lo más mínimo. Además, las otras dos personas que sí eran relevantes en mi vida estaban.

Llamé a May Belle, pero no me hizo caso. Se limitó a apoyar la cabeza en su mano derecha y mirar hacia el otro lado de la habitación, así que no pude ver si estaba enfadada o simplemente no me había escuchado.

Miré a Calum también, aunque un poco más sigilosamente. Con él había aprendido que las miradas podían llegar a ser tan frágiles como las hojas secas en otoño. Él sabía que le estaba mirando, pero no me miró, lo que me hizo comprender que estaba ignorando mi existencia. Y además descaradamente.

La clase pasó increíblemente lenta sin las miradas de May Belle o sus mensajes en pequeñas bolas de papel, pero acabó, que era lo importante. Me levanté de mi silla en cuanto la profesora salió de la puerta, con la mirada de Kate clavada en mí (lo que me llegó a poner nerviosa) y caminé hacia el pupitre de May Belle, donde estaba sentada, agachada sobre su mochila para sacar los libros de texto.

-Hey –saludé alegremente, aunque alegría lo último que estaba sintiendo. Sentí que todo era muy raro. Yo, May Belle, Calum, Kate, el ambiente de la clase… Tuve un mal presentimiento-. ¿Has estado ignorándome durante toda la clase?

-Qué va –contestó ella, todavía con la cabeza gacha, rebuscando entre su mochila.

-Creo que toca historia, dará los exámenes –dije, haciéndola comprender que no tenía que sacar ningún libro.

Let's be Unpredictable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora