Capítulo 67.

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-En realidad no me conoces lo más mínimo -Le dije.

-Eso es mentira -Contestó en un tono de voz más alto -. Sé muchas cosas sobre ti. 

-Sabes lo mismo que el resto de la gente.

-Mira, sé que no todo el mundo sabe que te da miedo el agua. O que odias el sonido de los pájaros. Y todas esas cosas raras sobre ti. Apuesto a que ni siquiera tus padres saben que tienes ataques de ansiedad.

Cierto.

-No tengo ataques de ansiedad. Son... -Empecé a decir, apartándome de él.

-Ataques de ansiedad -Repitió cuando vio que no sabía cómo terminar la frase -. Tenerlos no te hace peor ni nada por el estilo, Sherman. 

-¿Qué? -Pregunté confusa. No sabía a qué se refería.

-No lo sé, a veces parece que te da miedo admitir ciertas cosas sobre ti porque piensas que eso hará que la gente te trate de una forma distinta o algo así. 

-No es verdad.

-Pues es lo que parece.

Fijé mi mirada en el suelo y me quedé callada.

En primer lugar, no me daba miedo admitir nada sobre mí. Sólo era que no me gustaba que la gente me conociese, no me gustaba que llegasen a saber ciertas cosas sobre mí como, por ejemplo, eso de que me daba miedo el agua. No me gustaba que la gente supiese mis debilidades porque lo único que pasaba cuando alguien tenía la fórmula para hacerte daño, era que la empleara contra ti.

-Pero no me importa -Siguió hablando él, estrechando su cuerpo contra el mío un poco más -. Sólo me gustaría que confiases en mí.

-Cal -Dije, girando la cabeza para mirarle a los ojos con el ceño fruncido -, confío en ti más que en cualquier otra persona.

Por raro que me sintiera al pronunciar las palabras y muy a mi pesar, era verdad.

Increíble pero cierto. Le había contado muchas cosas, al margen de que le hubiese ocultado muchas otras, habíamos pasado a través de demasiados problemas y complicaciones en los últimos meses pero, al mirar atrás, todo parecía un poco menos malo porque él siempre había estado ahí. 

Y supongo que por eso confiaba en él de esa manera. Me había costado y había luchado contra ello, pero algo en mí siempre volvía a pronunciar su nombre y susurrarme que él sí era merecedor de la confianza que nadie más se había ganado. O había intentado ganar siquiera.

-Pues cualquiera lo diría -Ironizó, soltando una pequeña risa.

-¿No me crees? -Me puse seria.

-No sé lo que creer, Sherman -Admitió, girando su cabeza hacia mí para depositar un beso en mi sien -. Nunca sé qué esperarme de ti. 

Me reí por la ironía que se presentaba ante nosotros.

-¿Qué? -Preguntó él cuando dejé de reírme.

-Calum Hood, la personificación de lo impredecible, ¿no sabe qué esperarse de mí? -Contesté levantando las cejas mientras me incorporaba en el sillón para quedar cara a cara con él - ¿Estás de broma?

-¿Impredecible?

-Si tuviese que definirte con una palabra, sería esa.

Se quedó callado, como si estuviese pensando. Sabía que estaba buscando una palabra con la que describirme y me asombró saberlo. Era la primera vez que adivinaba lo que estaba pensando y me alegró hacerlo.

-Creo que la palabra que te define a ti es... -Empezó a decir, mirándome con una sonrisa. Sonreí mientras levantaba las cejas y me preparaba para su respuesta - Indescriptible. 

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now