Let's be Unpredictable.

Capítulo 34.

El martes por la tarde Bratt se presentó en mi casa con la moto. Me convenció para ir con él a algún sitio y pasar la tarde juntos y me llevó a un parque desierto en el que estábamos completamente solos y pudimos hablar durante mucho tiempo de cualquier cosa. Descubrí que su hermana mayor estaba embarazada y que sus padres estaban separados. También me dijo muchas cosas sobre él. Yo no le dije gran cosa sobre mí. Simplemente lo que tenía que saber, cosas básicas que todo el mundo sabe de todo el mundo. Pero no todo el mundo sabía las cosas básicas sobre mí. Así que algo es algo.

Él me habló mucho de sus sentimientos. Me dijo que se sentía agobiado por el partido del viernes, ya que su entrenador le había empezado a meter presión. Se jugaban bastante en la liga, al parecer, y no quería meter la pata. Yo le convencí de que si todavía no había metido la pata en lo que llevaba de capitán en el equipo, no lo iba a hacer ahora. También me dijo que estaba nervioso por el hecho de ser tío y me pareció bastante adorable que estuviese nervioso por eso.

Hablamos de muchas cosas y me sorprendió descubrir que era muy cómodo mantener una conversación con él. Yo le preguntaba y él contestaba. Él preguntaba algunas cosas sobre mí y yo no respondía ni la mitad, pero al menos no se quejaba. No como Calum. 

Él era exasperante. ''¿Por qué no respondes a mis preguntas?'' ''Deja de cambiar de tema'', bla, bla, bla. A Bratt no le importaba si no contestaba a la mayoría de sus preguntas y eso por una parte me gustaba. Aunque me hacía sentir rara no tener la voz de Calum diciéndome que era frustrante que no contestara a las preguntas que se me hacían.

Agh, me dije cuando empecé a pensar en Calum de nuevo, estás con Bratt. Bratt, Bratt, Bratt. Calum no es nadie. 

Después volvimos a mi casa y nos besamos. Él no sabía que era el primer beso que daba después de ''mi primer beso'' pero esperé que no lo notara. Fue un beso extraño. No me había parado a pensar cómo quería que fuese mi beso con Bratt pero en el momento en el que sus labios se aproximaban a los míos, pensé que quería que fuera espectacular. Quería que superara con creces el beso con Calum, que fuera desbordante y que me dejara sin aire. Algo épico.

Pero sólo fue un beso.

Sólo un beso.

Nos encontrábamos a miércoles y no había visto a Bratt en todo el día. Acababa de sonar la sirena que nos indicaba que nuestra hora libre empezaba y era lo primero en el día que me hacía sonreír. Sinceramente, estar con Bratt era algo extraño para mí. No sabía exactamente cómo se sentía él, pero yo... Tampoco sabía cómo me sentía yo. 

Nada más atravesar la puerta de mi aula, una mano se posó en mi cintura y tiró de ella hasta que mi cuerpo se colocó contra la pared y el cuerpo de Bratt justo en frente mía. 

-Buenos días -Dijo, todavía con sus manos en mi cintura. Levanté los brazos para posarlos sobre sus hombros y sonreí.

-Buenos días -Respondí. Él se acercó a mí y nuestros labios se encontraron en un pequeño beso. Justo entonces Calum salió por la puerta. Mis nervios se pusieron en punta y mi estómago se revolvió de repente. No estaba segura de que nos hubiera visto, pero si lo había hecho no le había importado en absoluto. Simplemente giró a la izquierda y siguió recto hasta desaparecer en la esquina del siguiente pasillo. 

Sentí un dolor extraño en la boca de mi estómago.

-¿Quieres ir a comer algo? -Preguntó Bratt, yo asentí. Él entrelazó sus dedos con mis dedos y caminamos de la mano hasta el comedor. En cuanto pasamos, todas las miradas se posaron en nosotros y yo pegué mi cuerpo al suyo esperando que así, tal vez, no me verían.

De repente pensé en Kate.

-Bratt -Le susurré al oído -, ¿sabe Kate que estamos saliendo?

-Ni lo sé ni me importa -Respondió encogiéndose de hombros -. La verdad es que me interesa bien poco ella o lo que pueda pensar ahora mismo.