Capítulo 61.

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Me sentía ridícula.

Le había detenido dos veces, sí, pero no quería que sintiera que el problema estaba con él. El único problema estaba conmigo. No podía pensar sólo en una cosa, no era capaz de dejar mi mente en blanco y dejarme llevar. Me sentía como si fuese una carga para Calum aunque sabía que no era así.

Agaché la cabeza y apreté los labios. 

-Chloe -Me llamó para que le mirara, algo que no hice -, no pasa nada. Podemos parar. Si necesitas tiempo para pensar sobre esto o...

-Quiero hacerlo -Le corté impotente mientras me apartaba de él para darme la vuelta y quedar cara a cara con él -, de verdad que quiero. Pero es... es que... 

Busqué las palabras adecuadas, pero no sabía qué decir. Ni siquiera sabía qué me pasaba. Suspiré exasperada por no poder expresarme como quería y le miré, esperando que dijera algo, aunque sólo recibí una mirada atenta sobre mí.

-No lo sé, no puedo -Admití hundiendo mis hombros -. Lo siento.

-No te disculpes por algo así -Dijo mientras arrugaba la frente -. Está bien, no tenemos que hacer esto ahora. Es decir, claro que quiero. Pero puedo esperar y tú puedes tener todo el tiempo que necesites. 

Se acercó a mí antes de que pudiese contestar a aquello y agarró mis hombros con delicadeza pero con las manos firmes para empujarme contra su pecho. Me estrechó entre sus brazos y yo rodeé su torso con los míos, sintiendo los músculos de su espalda y acariciando su piel suave.

Entonces recordé que ambos estábamos desnudos.

-Creo que deberíamos vestirnos -Sugerí, esperando que él opinase lo mismo. 

Entonces me apartó de su cuerpo y me miró de arriba a abajo descaradamente. Mis mejillas se tornaron de un rojo intenso y deseé poder tener algo en las manos con lo que taparme.

-Discrepo.

-Cállate -Dije en voz baja, la vergüenza haciéndose notar en mi tono de voz.

Andé alrededor de la cama buscando mis prendas y me vestí rápidamente mientras Calum me observaba desde la cama, ya con sus bóxers y pantalones puestos. La parte inferior de su cuerpo estaba al descubierto y sus brazos flexionados de forma en que sus manos servían de apoyo a la cabeza. Me observaba con una media sonrisa en su rostro y, cuando terminé, le miré de vuelta con el ceño fruncido.

Por primera vez en mucho tiempo recordé que May Belle estaba en la planta de abajo, durmiendo. 

Antes de que pudiese llegar a preocuparme por ello, Calum dio algunas palmaditas sobre el colchón, justo a su lado, indicándome que me colocara con él.

-May Belle está abajo -Dije, preocupada. No me había preocupado por ella hasta hacía apenas un minuto y ahora me daba cuenta de lo irresponsable que aquello había sido. Mis mejillas ardieron.

-¿Y te preocupas ahora por eso?-Dijo él, frunciendo el ceño y golpeando el colchón de nuevo, más insistentemente.

-Debería bajar a ver si está bien.

-Claro que está bien  -Gruñó él, frunciendo el ceño mientras se erguía en el sitio, fingiendo estar molesto -. ¿Hemos estado a punto de tener sexo pero ahora no quieres tumbarte un rato conmigo? ¿Qué clase de mierda es ésta, Sherman?

Reí. Sabía que si le miraba, cedería. Y aun así lo hice. Mis ojos se clavaron en los suyos. Y cedí. Como los acantilados ceden ante las olas o el sol cede ante la luna en un eclipse solar. Y ni siquiera me importó.

Me encaminé hacia la cama y me tumbé a su lado, pasando el brazo por encima de su torso bronceado. Paseé los dedos por encima de su piel, rodeé su ombligo un par de veces, creé líneas verticales y horizontales invisibles y, de alguna forma, me sentía como si estuviese dejando huella en él. Aunque en realidad no lo hacía.

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now