Capítulo 42.

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Pagué mis caramelos, evitando a Bratt a toda costa y salí de la tienda. Esperaba que él comprendiese que le iba a ignorar y que me estaba controlando para no partirle la cara en la tienda. Pero pareció no entenderlo. Me siguió fuera de la tienda y me hizo parar.

-Chloe -Me llamó mientras volvía a mirarme de aquella manera -. Lo siento muchísimo.

-No malgastes tu tiempo disculpándote -Dije, fría. Eso ya no iba a servir de nada.

No me gustaba que él viese el moratón que me había hecho porque de alguna forma me hacía parecer vulnerable y débil frente a él, que era el que lo había hecho. Pero tenía plasmada en su cara una insoportable expresión de culpa y arrepentimiento y si seguía con esa mirada iba a perder los papeles.

-Dios... Estaba borracho. Ni siquiera recordaba lo que había hecho al día siguiente, Chloe. Luke me lo contó todo -Se explicó.

Comencé a caminar hacia mi casa y él siguió andando mientras seguía mis pasos, un poco más atrás. Me esforcé por no escucharle pero era totalmente inevitable. Su voz me daba dolor de cabeza.

-Por favor, perdóname. Lo entiendo si no quieres volver a hablarme y probablemente ni siquiera quieras mirarme, pero podrías... Perdóname. Todo el mundo merece una segunda oportunidad, ¿no?

Me giré y le miré. Él paró de golpe y me miró de vuelta.

-Por si no lo recuerdas, te di una segunda oportunidad y la malgastaste -No sabía qué Chloe estaba hablando, pero no parecía yo misma en absoluto. Estaba fuera de mí -. Y te dije que no volvieses a hablarme ni acercarte a mí. Simplemente no lo hagas. 

-Chloe, por favor -Dijo mientras masajeaba su frente con ambas manos, como si tuviera dolor de cabeza. Estaba segura de que no tenía ni la mitad de jaqueca de la que yo estaba empezando a sufrir -. No sabía lo que hacía. En absoluto. Te lo puedo prometer. Además, no he vuelto a beber y no está en mis planes volver a hacerlo. Podemos simplemente... Ser amigos. Sólo te pido eso. Perdóname

Puse los ojos en blanco.

-Bratt, déjame en paz.

Se acercó a mí entonces e intentó coger mi mano. Yo la aparté bruscamente y le miré rabiosa. 

-No me toques  -Le advertí para después caminar de vuelta a mi casa.

Sabía que lo que Bratt estaba intentando no era conseguir mi perdón, sino el suyo propio. Se sentía culpable y con razón y si yo le perdonaba, entonces se iba a sentir en paz consigo mismo. Y volvería a beber y a hacer estupideces. Y no le iba a dar el gusto.

Podría morir con ese sentimiento de culpa. No me importaba en absoluto.

Por esto no me gusta salir de casa, pensé.

Volví a pensar en la pelea con mis padres y lo estúpida que había sido. Está bien, ellos habían sido como una patada en el culo después de la pelea con Kate y con Calum, pero eran mis padres. Tal vez me había pasado un poco. No debería haberme puesto así. 

A lo mejor no debería haber peleado con Kate, ya que 1) ella me lo iba a devolver en cuanto la oportunidad se le presentase, 2) me iba a ganar miradas y murmullos por los pasillos, y 3) me había rebajado a su maldito nivel sin darme cuenta. 

Lo único que Kate quería era sacarme de quicio y que hiciese exactamente lo que hice. Le di lo que ella deseaba en bandeja de plata y aun así pensé que estaba bien hacerlo. Y había algo que no entendía del todo. 

Si estaba tan mal destrozar la cara de Kate Miller... ¿Por qué me había sentido tan increíblemente bien haciéndolo?

Cuando estuve en mi habitación, me tiré en mi cama de manera descuidada. Miré al techo, donde años atrás había colocado un póster en el que aparecía la bella Italia. Venecia, para ser exactos. 

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now