Capítulo 83.

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-Joder -maldije en voz baja, conteniéndome las ganas de empujar a Luke lejos de mí.

-Deja de quejarte -dijo él, todavía con esa expresión de concentración en el rostro-. Ya casi está.

El olor a antiséptico invadía mis fosas nasales mientras la gasa que tenía Luke entre las manos se posaban sobre los lugares de mi rostro más afectados. La herida que tenía en el labio me dolía en especial. Luke me había puesto una tirita de plástico diminuta encima de la capa de desinfectante y me escocía aún más que antes. Ahora estaba tratando las heridas que tenía en el pómulo de la misma forma en que me había tratado las que Bratt causó.

Estaba mirando mi móvil para comprobar si Calum contestaba al mensaje que le había enviado, informándole de que las clases se suprimían al menos por él. No iba a dejar que me viese así, era demasiado vergonzoso.

-En general está bien, no es para tanto -habló Luke cuando terminó de toquetearme la cara, algo que agradecí. Dejó las gasas usadas sobre el plástico que las envolvía en un principio y volvió a guardar el bote de antiséptico en la caja que había traído-. Solo son heridas superficiales.

-Te dije que no era nada –me encogí de hombros.

-Tengo pendientes algunas conversaciones con esa zorra –soltó antes de sentarse a mi lado en el sofá y pasar el brazo por detrás de mi cabeza. Hice un amago de sonrisa, aunque no me salió-. Te está jodiendo, ¿eh?

-¿Kate? –asintió. Respiré profundamente.

No era ella la que me jodía. Era simplemente todo. Todo lo que había hecho, las decisiones que había tomado hasta ese momento… Tal vez había ido por el lado equivocado. Volvía de nuevo al principio. Era como estar en un laberinto en el que la única salida condujera al mayor de los desastres.

-No es ella –dije con un hilo de voz, encogiéndome de hombros mientras soportaba las lágrimas sobre mis párpados. Luke me estrechó contra él firmemente, tal vez pensando que rompería a llorar o algo por el estilo; no lo hice.

Sentí una presión sobre el pecho y en el estómago, como si un agujero sin fondo se estuviese expandiendo en mi interior lentamente. Conseguí que las lágrimas permaneciesen en mis ojos, algo de lo que me sentí orgullosa. Estaba harta de llorar siempre por cada cosa que pasaba. No era el fin del mundo. Solo era Kate, solo eran unos golpes. Calum solo un chico, May Belle… una amiga. Aparecería más gente, las cosas acabarían girando sobre sí mismas y todo acabaría del revés, y tal vez conseguiría ser yo misma algún día. Y sentirme bien. Pero aquel no era el día, así que me hundí en el pecho de Luke y me quedé allí más tiempo del que había calculado.

Tenía un muy mal presentimiento. Sentía que algo se me escapaba, que tenía que centrarme en una cosa específica… pero mi cabeza ya no estaba para pensar en más cosas. Así que simplemente me quedé allí quieta mientras Luke decía algo que ya ni siquiera escuchaba. Mis pensamientos eclipsaban su voz por completo.

Otra vez.

Vas a joder a todo el mundo.

Lo mejor sería desaparecer.

¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?

Inútil.

Egoísta.

Estúpida.

-Luke –hablé, con la voz temblorosa. Su brazo se tensó detrás de mi espalda y me miró. Intenté parecer tranquila y aparentar que todo estaba bien-, me apetece… estar sola.

-¿Estás segura? –sus ojos subían y bajaban, inspeccionando mi rostro en busca de cualquier indicio de vacilación. Me mantuve todo lo firme que pude y asentí con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa que consistía simplemente en elevar las comisuras lo máximo que pude. Se tomó un tiempo, momentos silenciosos, para observarme un poco más, hasta que al final habló- Vale.

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