Capítulo 78.

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Después de dieciocho rondas de ‘’yo nunca’’ con cosas como ‘’yo nunca he dormido la siesta’’, en las que todos acabábamos riendo y bebiendo sin parar, me sentía como si todo a mi alrededor hubiese cambiado por completo. Y me dolía la cabeza. Mi boca sabía a alcohol y estaba segura de que mi cara estaba absolutamente roja, ya que me ardía de una forma increíble.

Me sentía más hiperactiva que nunca.

No podía dejar de reírme con Luke y sus amigos, ni de moverme de un lado para otro, de botar en el asiento. Todo era movimiento, dentro de mi cabeza más que en ningún otro sitio. No sabía dónde se había metido Calum, pero estaba segura de que, estuviera donde estuviese me estaba mirando.

La música empezó a sonar más fuerte de repente. Ni siquiera sabía qué hora era, pero estaba claro que no era nada bueno que hubiese tanto ruido saliendo de una propiedad privada como era la casa de Luke. Los vecinos iban a quejarse.

Que les den, escuché en mi cabeza, pensamiento que me sorprendió. Ya ni siquiera era yo y eso, de alguna forma, me gustaba. Sentía que podía hacer lo que quisiera y nadie iba a poder pararme o juzgarme. Y bueno… ¡Qué más da!

-¡Chloe, ven! –me gritó Rose, poniéndose enfrente de mí y cogiendo mis manos para levantarme del sillón, en el que estaba sentada al lado de Luke, quien tenía un brazo por encima de mi hombro.

-¿A dónde? –grité riendo.

-¡Tenemos que bailar! –volvió a gritar riéndose.

Me levanté con su ayuda y salimos corriendo al centro de la sala. Empezamos a movernos al ritmo de la música como niñas pequeñas, probablemente eran los movimientos más ridículos que había hecho en mi vida, pero era divertido. Dábamos vueltas y creábamos pasos de baile instantáneos.

Mi respiración estaba agitada de tanto moverme, y me gustaba sentir mis pulmones casi explotando de aquella forma. Sentía adrenalina.

La canción se acabó y empezó a sonar música más electrónica, el ritmo de la canción haciendo temblar toda la sala. Se me metía por los oídos y retumbaban en mi cabeza. Mi corazón se acompasaba con cada golpe rítmico que salía de los altavoces.

Los chicos se nos unieron entonces y empezaron a bailar con nosotras. De repente no éramos solo Rose y yo, sino que tanto ellos como algunas otras chicas se habían unido al baile.

Empecé a bailar de la mejor forma que sabía bailar aquella música, imitando a las chicas que había a mi alrededor. Se limitaban a mover las caderas y restregarse con todo el mundo.

Uf.

Aquello no era lo mío. No me gustaba sobarme de aquella forma con gente a la que apenas conocía, no le veía la gracia. Estaba a punto de retirarme de nuevo al sillón cuando unas manos firmes se posaron sobre mi cadera y la cabeza de Luke se asomó por encima de mi hombro.

-Estabas bailando bastante bien –susurró en mi oído con la voz ronca.

El estómago me dio un vuelco y mis mejillas empezaron a arder mucho más de lo que ya ardían. Y eso era muchísimo.

Sus manos ejercieron fuerza sobre mi cuerpo y mis caderas, antes de que pudiese pensar siquiera en detenerme, empezaron a moverse acompañadas de las de él. La música parecía cada vez más alta, o a lo mejor era solo el latido de mi corazón, que se había trasladado a mis oídos y no me dejaba apenas escuchar nada más.

Mis caderas estaban rodeadas por sus manos, su entrepierna frotándose contra mí y yo solo seguía moviéndome. Una gota de sudor me caía por la frente, mi cabeza iba a mil por hora, la adrenalina cada vez era mayor. Sentía un hormigueo en la punta de los pies que me hacía reír de vez en cuando.

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now