Capítulo 25.

1.2K 49 1
                                    

Una tos estrepitosa se alzó por mi garganta a causa de un trozo del bocadillo que fue por el lado equivocado de mi garganta, accidente que, a su vez, fue causado por las palabras de Calum. Yo no estaba acostumbrada a escuchar cosas así o parecidas, ni mucho menos, y él no podía aparecer a mi lado de repente cuando menos lo esperaba y soltarlo sin más. Kate se colocó a mi lado entonces y dio algunas palmadas en mi espalda, esperando que así mi tos cesara. Cosa que no pasó.

-Levanta los brazos -Dijo Calum, cogiéndome de la muñeca y tirando de ella hacia arriba para que hiciera lo que él había dicho. Levanté los dos brazos, con la mano de Kate todavía colocada en mi espalda, y dejé de toser poco a poco. La mano de Calum se colocó en mi hombro moviéndose suavemente de arriba a abajo en un gesto tranquilizador. Me obligué a ignorarlo y a no mirarle por muchas ganas que tuviera de hacerlo y susurré un ''gracias'' mirando al suelo.

-¿Qué te ha pasado, tía? -Dijo Kate a mi lado en un tono gracioso. 

¿Tía?, pensé arrugando la nariz levemente.

-Parecía que te morías -Soltó alguno de los chicos detrás mía y todos se rieron. Yo me sonrrojé. Por el rabillo del ojo pude notar cómo las comisuras de los labios de Calum se curvaban en una sonrisa.

-Ya estoy bien -Dije forzando una sonrisa mientras miraba a Kate. No quería mirarle a él, no quería hablarle ni tampoco tocarle... O a lo mejor si quería. Pero no podía.

Reí con ellos aunque en el fondo sabía que no se reían conmigo sino de mí. Tenía eso claro. Me pregunté si iba a ser así durante el resto de mi vida, si iba a sentirme así siempre.

No hubo gran cosa que contar el resto del día. Volvimos andando de vuelta al campamento, donde el entrenador nos sorprendió con una gymkana de lo más cutre, aunque nadie le dijo nada. Trabajamos en equipos y el nuestro quedó tercero. Yo conseguí evitar a Calum durante todo el día dentro de lo posible y me sentí relativamente bien por ello. No pensé mucho y eso me alegró, estaba demasiado ocupada corriendo de un lado para otro, demasiado centrada en completar bien la gymkana, con miedo de hacer algo mal y que Kate se cogiera otro rebote como el de la última vez. Para cuando terminamos ya era de noche y Zack nos reunió a todos para que le mostráramos las tarjetas que habíamos conseguido en el multiaventura de la mañana. Sorprendentemente, Kate y yo fuimos las que más tarjetas teníamos. Cuando Zack terminó de recontar las de todo el mundo y anunció que nosotras éramos las ganadoras, Kate me abrazó fuertemente, lo que me dejó aturdida.

-Así que no tendréis que conseguir vuestra comida esta noche, enhorabuena -Había dicho sonriendo. 

Esa noche, ya que nadie era encargado de conseguir la comida, Zack nos proporcionó la cena. Comimos una sopa que estaba asquerosa, pero sabía mejor cuando pensaba que no habíamos tenido que conseguirla nosotros mismos. Las cosas sabían mejor cuando te las daban hechas. 

Después de cenar todos se reunieron en círculo y echaron a Zack después de decirle que planeaban volver a jugar a prueba o atrevimiento. Bel se dirigió al círculo junto a Sam y yo decidí dirigirme a mi tienda de campaña antes de que ella o Kate me convencieran para quedarme. Desaparecí tan pronto como todos empezaron a jugar.

Cuando estuve dentro, saqué mi bloc de dibujo y un lápiz de mi mochila y comencé a dibujar. Había estado pensando en lo raro que era estar, de repente, dibujando en la tienda de campaña que ahora era de Kate y mía, la compartíamos después de años de continua burla hacia mí... Años de un odio demasiado intenso. Pero todo se esfumó cuando el lápiz se posó encima del folio pálido.

Comencé a trazar lineas curvas en el papel sin saber exactamente a dónde quería llegar. Borré infinitas veces y acabé por arrancar siete folios que acababan siendo siete miserables bolas de papel. Acabé dándome por vencida; no iba a conseguir dibujar algo decente.

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now