Capítulo 39.

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Le sostuve la mirada por lo que pareció una eternidad hasta que, al final, decidí apartarle a un lado para que me dejara salir de ahí. No iba a seguir aquella discusión.

Abrí la puerta con los ojos de Calum clavados en mí y un nudo en la garganta que se extendía hasta mi estómago y animaba a las lágrimas a que rodaran por mis mejillas.

Esta vez no.

-No entiendes nada -Dije en un susurro tan quedo que dudaba que él lo hubiera escuchado. Pero al parecer sí lo había hecho.

-Podrías explicármelo.

Me quedé de espaldas a él, con los puños apretados a ambos lados de mi cuerpo. 

Uno, dos, tres, conté mentalmente intentando controlar mi respiración.

Moví la cabeza de un lado a otro y acto seguido me largué.

Andé rápidamente por los pasillos mientras intentaba contenerme de no romper lo que pasaba por delante de mis ojos.

¿Qué sabría Calum de nada? Él no había tenido que renunciar a tantas cosas involuntariamente, él no había vivido lo que yo había vivido... Si lo hubiera hecho, todo habría sido diferente. Y me habría entendido. Y no me habría echado en cara gilipolleces que ni siquiera le incumbían.

Y Kate... Dios mío. Quería partirle las piernas, o arrancarle la cabeza, o al menos los pelos que había en ella, gritarle, pegarle, destrozarle como ella me había destrozado. Tratarle como ella me había tratado. Pagarle con la misma moneda.

La vibración de mi móvil me distrajo de mis pensamientos mientras salía del instituto y me dirigía a mi casa; había tenido suficiente instituto por ese día.

Miré la pantalla y leí: ''Luke Hemmings''

-¿Qué quieres? -Dije bruscamente. 

Recordé una vez en la que alguien a quien no recordaba me había dicho que nunca hablara con nadie mientras estaba enfadada. 

-Perdón -Dijo su voz rasgada al otro lado de la línea -. No recordaba que estabas en el instituto.

-No estoy en el instituto.

-Deberías.

-No te conviene cabrearme, Hemmings.

-Vaya -Dijo, alargando la primera 'a' después de soltar un silbido prolongado -. Alguien ha despertado con el pie izquierdo.

-¿Qué mierdas querías, Luke? -Pregunté mientras pellizcaba el puente de mi nariz y giraba en un callejón que acortaba el camino a mi casa.

-Preguntar por tu cara amoratada -Dijo en tono divertido. 

-No estoy de humor -Puse los ojos en blanco.

-Oye, vamos a ver -Soltó exasperado -, que yo no tengo la culpa de que alguien te haya tocado las narices.

-Pues cuelga.

-¿Qué te han dicho? ¿Se han metido con tu preciosa carita? -Dijo riéndose.

-También puedo colgar yo.

-Al menos dime quién ha sido el culpable de que la tomes conmigo.

-Kate -Dije con los dientes apretados -. Y Calum.

Se quedó en silencio y pude imaginarle sonriendo con el teléfono móvil pegado a la oreja. Quise destrozarle la cara con mi puño cuando escuché un leve ''ohhh''.

-Ahora tiene sentido, ¿Calum influye mucho en tu estado de...? -Le interrumpí.

-Adiós.

Pulsé ''finalizar llamada'' fuertemente y volví a guardar el móvil.

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now