Capítulo 37.

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 -Deja de moverte si quieres que esto tenga un mejor aspecto mañana -Susurró Luke mientras intentaba curarme el golpe de la cara.

No era mi intención moverme tanto, pero me dolía cada vez que tocaba mi mejilla y que estuviera rozándolo con hielo no ayudaba en absoluto. Lo único que hacía era que el ardor desapareciera, pero el ardor no me molestaba.

Yo me hallaba sentada en el sillón del salón y él se había sentado en la mesita de en frente y estaba inclinado sobre mí para poder curarme la cara mejor. No se lo había pedido siquiera, pero después de ver mi reflejo en el espejo de la entrada, supe que lo mejor sería ceder a que lo hiciera.

Él mantenía la mandíbula apretada mientras, después de dejar el paño con el hielo encima de la mesa, aplicaba una crema con un olor extraño sobre la superficie de mi mejilla.

-Eso apesta -Gruñí mientras él me obligaba a girar la cabeza levemente con la mano en la que no tenía crema.

-Puede, pero también funciona -Contestó él, aún serio.

Cuando terminó de intentar arreglar el desastre que había hecho Bratt, para variar, se sentó a mi lado, y con cierto espacio entre nosotros, hablé.

-Gracias -Dije sonriendo.

Después de haberle llamado, me convencí de que no pasaba nada, de que ya había pasado y de que todo acabaría por arreglarse. Aun sabiendo que me estaba mintiendo a mí misma. Pero conseguí calmarme, levantarme del suelo y esperar a Luke al lado de la puerta para abrir en cuanto éste llegara. 

No podría explicar su cara en cuanto me vio, pero no era en absoluto la que esperaba ver. Esperaba que estuviese molesto por haberle llamado y que viniese enfadado o preguntándose qué quería ésta estúpida de él. Pero no fue así en absoluto. Parecía curioso al principio, luego preocupado, luego enfadado... Luke Hemmings tenía una gran capacidad de cambiar de expresiones en menos de una décima de segundo.

-Dámelas mañana -Dijo sonriendo satisfecho de su trabajo -Puede que ahora no se vea muy... arreglado. Pero mañana estarás como nueva, te lo aseguro.

Nos quedamos en silencio. Él me miraba y yo miraba mis manos, que aún temblaban levemente.

-Así que -Empecé a hablar yo, con una sonrisa irónica -, a esto te referías cuando dijiste que Bratt no podía controlar ciertas cosas.

Creía que después de llamar a Luke, un ataque de ansiedad acechaba. Pero no fue así. Simplemente me quedé ahí, mirando a la nada, con la mente en blanco... Supongo que eso es lo que pasa cuando no te cabe nada más.

-A esto me refería cuando te dije que tenías que alejarte de él, sí.

-Supongo que debí hacerte caso.

-Supongo que sí.

-Hay una cosa -Empecé a decir, mirando el rostro de Luke. El aro negro de sus labios bailaba a la vez que él jugueteaba con él. Sus ojos eran como un océano congelado en ese momento y me pregunté si siempre habían sido así de profundos - que no entiendo. Tú has visto cómo hacía esto más veces.

-Sí.

-Y sigue siendo tu amigo.

-Sí -Respondió, como preguntándose a qué venía esa observación.

-¿Por qué?

-Porque le quiero.

-¿Cómo puedes hacerlo sabiendo...?

-Chloe, no es lo único que hace. Hace muchas cosas buenas, te lo puedo asegurar. Lo único que necesita es apartarse del alcohol por un tiempo. Lo que ha hecho no tiene perdón, así que no voy a disculparme en su nombre, pero debes saber que puede ser tan bueno como se proponga. Sólo... no es un buen tío para ti.

Let's be Unpredictable.Where stories live. Discover now