Séptimo año: Navidad Parte 3

3K 349 356
                                    

Lunes 2 de enero de 1978

La siguiente semana y media fue una de las más oscuras que Remus podía recordar. Cuando la Sra. Potter finalmente llegó a casa el día después del ataque, estaba pálida y demacrada, y abrazó a su familia con tanta fuerza, como si hubiera pensado que nunca los volvería a ver.

-Unos cincuenta muertos, por lo que he oído-. Dijo ella solemnemente. -Sin embargo, yo estaba principalmente en triaje. Cientos de heridos -.

-¿Alguno ... alguno de nosotros?- Preguntó el Sr. Potter. Parecía como si no hubiera dormido en horas y de hecho, por lo que Remus sabía, tampoco se había acostado.

Euphemia asintió y cerró los ojos.

-Más tarde.- Dijo, echando un vistazo a los chicos. James pareció indignado.

-Podemos oírlo-. Él dijo. -¡Somos todos mayores de edad y estábamos allí cuando sucedió!-

-¡Sí, sé que lo estabas!- La Sra. Potter gritó, su voz chillona. La boca de James se cerró de golpe y miró hacia abajo, avergonzado. La Sra. Potter se levantó. -Voy a acostarme-.

Salió de la habitación y los hombres se sentaron en silencio.

-Papá lo siento.- Murmuró James.

-Todo está bien.- Fleamont se quitó las gafas y se frotó el puente de la nariz. -Estamos todos molestos. Su madre y yo necesitamos que ustedes, muchachos, escuchen y hagan lo que les dicen hasta que sea hora de volver a la escuela, ¿entienden?

Todos asintieron, de mala gana, y Remus vio que los músculos de la mandíbula de Sirius se tensaron. Fue una muestra de su respeto por el Sr. Potter que no protestó. -Ahora-, continuó Fleamont, -esta casa estará muy ocupada durante los próximos días, y verán a mucha gente muy importante haciendo un trabajo muy importante. No hagáis demasiadas preguntas y no os hagáis molestias -.

-¿No podemos ayudar?- James preguntó con seriedad.

-Si.- Fleamont asintió. -Siendo amables anfitriones y cuidando a tu madre-.

-Sí papá.- James suspiró, mirando hacia abajo de nuevo, obviamente decepcionado.

-James ...- Fleamont comenzó, acercándose para tocar el brazo de su hijo.

Remus y Sirius tomaron eso como una señal para limpiar la mesa, y esperaron en la cocina, ayudando a Gully a lavar los platos a medias.

-No veo por qué tanto alboroto-. Sirius refunfuñó, hundido hasta el codo en espuma de jabón. -Si supieran la mitad de las cosas de las que somos capaces, podemos ayudar -.

-Tendremos nuestra oportunidad-. Remus respondió, mirando por la ventana mientras secaba los platos. El jardín estaba muy oscuro y una neblina helada flotaba en el aire, lo que dificultaba ver mucho más allá de la pared del patio. Podía distinguir los aros de quidditch de James en el césped y la tenue luna menguante. No le gustaba no poder ver muy lejos, lo inquietaba.

- Está bien que lo digas-. Sirius todavía se quejaba, -Ya te has probado a ti mismo-.

-¡¿Qué?!- Remus lo miró, confundido y momentáneamente distraído de la ventana.

-Con ese hombre lobo que conociste el año pasado. Ya te has enfrentado al enemigo y le has demostrado a Dumbledore que puede confiar en ti -.

-No creo que lo haya explicado correctamente, si eso es lo que piensas ...- dijo Remus. -Livia no ... no se trataba de la guerra-.

-Dumbledore cree que sí. Moody lo hace. Hablan de los hombres lobo todo el tiempo, lo útil que será tratar de convencer a las criaturas oscuras de que no se unan a tu-sabes -quien -.

All the young dudes (traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora