All the young dudes (traducida)

Segundo año: Gryffindor vs Slytherin

Todos en la escuela sabían sobre la nueva apariencia dramática de Sirius al final de su primer día de regreso. James y Peter empezaron a caminar a ambos lados de él por los pasillos, como guardaespaldas, lanzando miradas a cualquiera que se atreviera a reírse o susurrar al pasar.

-No se ve tan mal-, le aseguró James, viendo a Sirius mirándose en el espejo. Se escondían en el baño de chicas del segundo piso vacío durante el almuerzo para evitar más miradas.

James estaba mintiendo, pensó Remus para sí mismo, y probablemente Sirius lo sabía. Se veía realmente mal, parecía mucho más pequeño. Sin el cabello oscuro que enmarcaba el rostro de Sirius, sus ojos parecían más grandes que nunca, haciéndolo lucir joven y ansioso. Los pómulos altos y las cejas afiladas se destacaron más que nunca, dándole un aspecto mezquino y demacrado. No era de extrañar que todos miraran fijamente; de ​​hecho, casi nadie miró el rostro recién cicatrizado de Remus debido a la distracción. Aún así, pensó Remus con tristeza, el cabello volverá a crecer.

Sirius se frotó la cabeza, aún mirando su reflejo. Peter se rió nerviosamente,

-Te pareces a Lupin-.

James asintió con la cabeza, los ojos moviéndose rápidamente entre los dos.

-Sí, lo haces un poco-.

Sirius miró a Remus, y por primera vez desde Nochebuena, Remus lo vio sonreír. Esa sonrisa de Sirius Black, nada podría arruinar eso.

-Oh, sí, creo que lo veo-, dijo Sirius, todavía frotándose la cabeza. Extendió la mano y empujó a Remus hacia el marco del espejo, para que estuvieran uno al lado del otro, mirándose el uno al otro. -Podríamos ser hermanos-.

Remus también se rió, a su pesar.

El verdadero hermano de Sirius estaba esperando afuera de la sala común de Gryffindor más tarde esa noche. Estaba sentado en el suelo con las rodillas dobladas, mirando al vacío. Su cabello todavía era lo suficientemente largo como para tocar sus hombros. Su amigo, Barty Crouch estaba apoyado contra la pared opuesta, luciendo aburrido. Había hecho un avión de papel y lo dirigía perezosamente de un lado a otro del pasillo con su varita. Crouch y Regulus eran tan inseparables como James y Sirius; Barty era rubio y peludo, con una racha mezquina más larga que la de Snape; Remus ya lo reconocía solo por su cruel risa ladradora.

Regulus se puso de pie suavemente mientras los merodeadores se acercaban. Remus buscó dentro de su bolsillo su varita, por si acaso.

-Ahí tienes.- Dijo el chico más joven, con un temblor de nerviosismo en su tono arrogante. Sus ojos seguían moviéndose hacia James. El avión de papel de Barty empezó a dar vueltas a todos.

-¿Qué quieres?- Preguntó Sirius.

-Solo ver si estás ... viendo cómo estás-.

-No es diferente de anoche.- Sirius se encogió de hombros.

-No te vi en la cena-.

-No estaba en la cena-. Sirius respondió, inútilmente. Enviaron a Peter a las cocinas para pellizcar algunos sándwiches y se sentaron en uno de los rincones ocultos de Remus para comer. Remus estaba disfrutando mucho este juego, evitando al resto de los estudiantes, incluso a los de Gryffindor. Por lo general, James y Sirius harían todo lo posible para ser notados, Remus prefería volar bajo el radar.

-¿Puedo hablar contigo?- Regulus se dirigió a su hermano mayor.

Sirius abrió los brazos, como si le diera la palabra a Regulus. Regulus puso los ojos en blanco, irritado. No tenía la misma boca que Sirius, notó Remus. Tenía una mandíbula más débil, labios más pequeños. -Quiero decir solos-, dijo, lanzando miradas a James, Peter y Remus.