Tercer año: Greyback

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Eres demasiado mayor para perderlo, demasiado joven para elegirlo

Y el reloj espera tan pacientemente tu canción

Pasas por un café, pero no comes cuando has vivido demasiado

Oh, no, no, no, eres un suicida del rock 'n' roll.

Viernes 28 de junio de 1974

Como era de esperar, Sirius logró notas obscenamente altas en todo, excepto en Astronomía, sin levantar ni un dedo para estudiar. En este punto, Remus no estaba seguro de si Sirius realmente tenía algún extraño don de sangre pura, o si era solo un genio no reconocido. A Remus no le importaba de ninguna manera: él mismo ocupó el primer lugar en Cuidado de criaturas mágicas, Runas e Historia de la magia, el segundo más alto en Aritmancia, después de Sirius.

-¡Bien hecho, chico!- Ferox le dio una palmada en la espalda durante el desayuno, la mañana después de que salieran los resultados. -Mi mejor alumno-.

-Gracias, profesor-, sonrió Remus, sintiéndose mareado de placer.

-Tengo algunos libros que le gustaría tomar prestados durante el verano; venga a mi oficina antes de irse, ¿eh?-

-¡Mascota de el maestro!- Sirius bromeó mientras el hombre alto y jovial se alejaba, silbando una alegre melodía. Remus no respondió, estaba demasiado satisfecho consigo mismo.

-No puedo creer que sea así hasta el cuarto año-. Dijo James, limpiando sus gafas en su túnica.

-¿Tienes que seguir recordándome?- Sirius gimió, dejando su cuchillo y tenedor.

-Mucho que hacer durante el verano-, respondió James, -Volar-.

-¿Qué vas a hacer durante el verano?- Remus preguntó con sospecha.

-Planeando las bromas del próximo año, obviamente-, dijo Sirius, un poco demasiado rápido. -Tengo que mantenerme a la vanguardia, Remu, muchacho, tenemos una reputación que mantener-.

Era el último día oficial del trimestre, por lo que Remus decidió ignorar el hecho de que esto era claramente una mentira. Tuvo todo el verano para estar paranoico acerca de que los otros tres lo dejaran fuera; todavía no había necesidad de preocuparse.

Después del desayuno, quería ir directamente a ver al profesor Ferox, pero pensó que podría parecer un poco demasiado ansioso; además, los otros tres seguramente querrían ir con él, y Remus no podía soportar la idea de que Ferox se encontrara con Sirius y James. Sin duda estaría encantado por su carisma natural y se preguntaría por qué alguna vez pensó que Remus era especial en absoluto.

El cuarteto fue arriba y empacó, es decir, James, Remus y Peter empacaron. Sirius rebotó por la habitación tratando de distraerlos, haciendo volar libros y ropa, encendiendo y apagando su tocadiscos.

-Tienes que hacerlo, te guste o no-, reprendió James, con las manos en las caderas en una muy buena imitación de su madre.

-Lo harás por mí, como el año pasado-, respondió Sirius, parándose en su cama e intentando hacer dominadas colgando del marco de la cama. Las viejas vigas de madera crujieron.

Remus cerró su propio baúl. Su rincón de la habitación se veía muy vacío sin el caos habitual de libros, papeles, plumas y ropa esparcidos por él. Se acercó al tocadiscos para darle una última caricia a las portadas de sus discos favoritos. Los veranos eran tan tranquilos, sin la música de Sirius. A la matrona sólo le gustaba tener la radio encendida una vez a la semana, para la canción coral de Radio 3.

-Moony-, dijo James, de repente, -¿No tienes que ir a ver a Madame Pomfrey?-

-Er ... sí, pero no ahora ...- Remus miró hacia arriba, sorprendido.

All the young dudes (traducida)Where stories live. Discover now