Segundo año: amor y matrimonio

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Viernes 20 de abril de 1972

Todavía no sé lo que estaba esperando

Y mi tiempo se estaba volviendo loco

Un millón de calles sin salida y

Cada vez que pensé que lo había conseguido

Parecía que el sabor no era tan dulce

Así que me volví para mirarme

Pero nunca pude vislumbrar

De cómo los demás deben ver al farsante

Soy demasiado rápido para hacer esa prueba.

Remus amaba a Hunky Dory más que a nada. Fue por turnos brillante y feliz, luego oscuro e introspectivo. Sintió que David Bowie debía tener una visión sobrehumana de su alma. Incluso si no siempre entendía completamente las letras, sentía que de alguna manera tenían sentido.

Tarareó la melodía de Changes en voz baja mientras caminaba arriba y abajo de los estantes de la biblioteca oscura, su varita encendida para ver mejor. Realmente debería estar poniéndose al día con Pociones, pero Lily se había ofrecido a ayudarlo durante el fin de semana y él ya había estado revisando Transformaciones todo el día. Había tardado tanto en convertir un viejo sombrero de copa en un conejo y viceversa.

Remus finalmente encontró el estante que estaba buscando: The British Wizards Guide to Nuptial Laws 1700-1950 . Esperaba que fuera lo suficientemente reciente. Era enorme y tuvo que subirse a una escalera para alcanzarlo. Remus se estiró, casi se agarró a la cubierta de cuero vieja y polvorienta, y estaba a punto de tirar de ella hacia él, cuando otra mano se acercó y agarró su muñeca.

Gritando, Remus tiró de su mano hacia atrás y casi se cae del taburete, encontrándose cara a cara con Narcissa Black.

-Uf, eres tú -. Dijo ella con disgusto. Ella era una cabeza más alta que él, por lo que estaban casi nivelados mientras él mantuviera el equilibrio. Ella no soltó su mano, -Dame eso-.

-No, yo lo tome primero.- Respondió, todavía tratando de alejarse. Tenía un agarre de hierro.

-Vete, pequeño. ¿Para qué podrías querer esto? - Ella le dio un fuerte empujón y él cayó hacia atrás, aterrizando dolorosamente sobre su trasero.

Narcissa le sonrió, victoriosa, sosteniendo el pesado tomo. Él frunció el ceño,

-¿Para qué lo quieres?-

-Eso no es de tu incumbencia-, dijo ella, arrojando su cabello pálido fuera de sus ojos de una manera inquietantemente similar a Sirius. Se volvió y empezó a alejarse, entre las sombrías pilas. Remus se puso de pie.

-Espera-, dijo, tratando de mantener la voz baja para que Madam Pince no lo echara de nuevo, -¡Oye, Narcissa, espera!- Él tiró de su túnica.

Se dio la vuelta con ojos furiosos, su varita levantada. Remus instintivamente agarró su propia varita justo a tiempo. Ambos permanecieron como estatuas por unos momentos. Sabía que ella había maldecido a James y Sirius en varias ocasiones, y que toda la familia Black conocía todo tipo de magia oscura. Pero al mismo tiempo, Remus nunca antes había maldecido a una chica, y se sentía mal.

-Solo quería saber-, dijo, con cuidado, eligiendo sus palabras, -Si tenía algo que ver contigo y Sirius ... lo del compromiso-.

Ella bajó su varita, lentamente, mirándolo con sospechoso interés.

-Así que te lo contó todo, ¿verdad?- Ella arqueó una ceja, que seguía siendo tan negra como su color natural de cabello. -Sí, pequeño, eso es exactamente para lo que lo necesito. ¿No crees que quiero casarme con ese pequeño traidor de sangre quejumbroso, verdad?

All the young dudes (traducida)Where stories live. Discover now