Séptimo año: Elecciones

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Su fobia es la infección

Ella necesita uno para sobrevivir

Es su protección incorporada

Sin miedo ella se rendiría y moriría

Es un adolescente libre de gérmenes

La limpieza es su obsesión

Limpia sus dientes diez veces al día

Frote, frote, frote

La forma SR.

-¡Maldito bastardo!-

-¡Oye!- Sirius se puso de pie, de inmediato.

-Está bien-, dijo Remus, sin saber con quién estaba hablando; Sirius, que había entrado en modo de defensa, o Marlene, sollozando y con la cara roja y enojada.

-¡Bastardo!- Dijo de nuevo, desafiante, frotándose los ojos.

-¡Señorita McKinnon!- Madame Pomfrey apareció, luciendo extrañamente nerviosa, -Haré que te escolten si no puedes ser cortés-.

-¡Y tu!- Marlene se volvió hacia ella, -¡Dijiste que no sabías nada al respecto! ¡Dijiste que nunca antes habías trabajado con uno! -

-No la culpes, Marlene por favor...- dijo Remus, sentándose en la cama de nuevo, sintiéndose un poco mareado, -¡Ella solo estaba tratando de protegerme!-

-¡¿Cuánto tiempo?!- Marlene se dio la vuelta y lo miró de nuevo.

-... desde que tenía cinco años-.

-¡Bastardo!-

-Marlene, por favor ...-

Arrojó un trozo de pergamino sobre la cama. Era una carta, doblada y un poco torcida por todo el alboroto. Remus la alcanzó con manos temblorosas. Marlene se quedó allí, con cara de piedra, esperando a que lo leyera.

Lo desdobló, miró hacia abajo y se esforzó al máximo. La mayor parte del tiempo ahora no tenía ningún problema para leer. Pero todavía estaba muy cansado y tan nervioso que de repente se sintió como si tuviera once años otra vez, las letras parecían cambiar y cambiar mientras trataba de encontrarles sentido.

-Lo siento-, negó con la cabeza, -Lo siento, tengo dolor de cabeza, ¿qué significa... eh...?-

Sirius se lo quitó, y al hacerlo, se colocó visiblemente entre Remus y Marlene. Se aclaró la garganta, frunciendo un poco el ceño.

-Es de Danny McKinnon... maldita sea, Moony, ¿qué has hecho?-

-Por favor, solo dime lo que dice-, Remus negó con la cabeza, inclinándose hacia adelante y acunando su frente en sus manos. Realmente le estaba dando dolor de cabeza. Marlene estaba dando golpecitos con el pie con impaciencia, y Madame Pomfrey todavía estaba al acecho, obviamente insegura de si debía o no hacer frente a toda esta situación.

Sirius escaneó la página, mucho más cómodo con toda la atención.

-Él dice 'gracias'-. Él dijo.

-¡¿Qué?!- Remus miró hacia arriba, entrecerrando los ojos.

-Bueno, esa es la esencia...- respondió Sirius, todavía leyendo, -... Recibió una carta cuando llegó a casa esta mañana de uno de los amigos de Marlene, que 'dice ser un hombre lobo'. Tenía muchos consejos útiles y le gustaría conocerte. Dice que no se lo dirá a nadie y que, de todos modos, no tiene idea de quién eres -.

-Pero lo se.- Dijo Marlene. Había dejado de llorar ahora, y su voz era un poco más tranquila, pero Remus podía sentir el calor de la emoción irradiando de ella.

All the young dudes (traducida)Where stories live. Discover now