Capítulo 60 - Coincidencia

34 14 19
                                    

Capítulo 60

Elena

"COINCIDENCIA"

Mentirme sería fácil sabiendo lo que siento por él. Perseguirme a la isla de San Andres y fingir un inofensivo encuentro en medio de una romántica playa a la luz de las estrellas y los destellos de vida de los extravagantes complejos turísticos que nos rodean.

De un hombre como Augusto Corona puedo esperar cualquier cosa, porque lo he visto mutar en la piel del camaleón que lleva muy adentro. De quien no espero esa cruel actuación es del padre que recientemente perdió a su hija recién nacida. A ese hombre le doy un voto de confianza. Es el hombre que miraba un cuadro hecho por mí, y lo entendía.

Mis brazos se aferran al cuerpo del hombre que no puede sostener la máscara y se desnuda emocionalmente. El hombre que esta tan solo como yo en esta noche mágica.

Destinados...

Le creo. Sea una locura de su maléfica mente, o simplemente lo primero que le viene a la cabeza cuando me ve...le creo.

Respiro el humor de su piel, conservo para mí el calor que emana, me niego a ver el horizonte que me aleja de mis instintos naturales, entonces cierro los ojos y le pido a mi sentido común una tregua. Soy mujer. Quiero experimentarlo con él.

-Cuando mi mundo se hace pedazos, vienes tú a reconstruirme el alma- Me mira unos segundos y sin ponerle límites a lo que sentimos, nos besamos.

-Sé que me voy a arrepentir de llevarte al fuego conmigo – Susurra sin desprender completamente la boca de la mía – Pero es imposible luchar con el destino...

Esa frase es aterradora, una invitación a darme la media vuelta y salir corriendo, pero tal como lo describe, es imposible hacer resistencia.

Por resistencia vine a San Andres. Estaba construyendo el muro de contención. Me había jurado hacer borrón y cuenta nueva. Cuando dejé a mis amigos para caminar a solas por la playa tenía la firme convicción de eliminar la atracción por el oscuro abogado. La coincidencia está destruyendo mis defensas. Lo sigo a su madriguera consciente de lo que sucederá entre los dos. Voy sin pedirle permiso a mi conciencia, cruzando la débil línea entre lo moralmente permitido y la libertad de ser.

Justo ahora decido ser...

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora