La gente conoce una parte de mí... la que les permito conocer...
Durante toda mi vida he construido la imagen perfecta, haciéndome acreedor del respeto consciente de una población que me idolatra como el santo que no soy. Mi éxito está basado en m...
Nada les devolverá la vida a Elena Chang y Edgardo Corona, eso ya lo sé. Demostrar mi inocencia no cambiara el hecho. La muerte no tiene vuelta atrás.
A lo largo de mi corta pero exitosa carrera, he aprendido dos cosas. No es lo que tienes sino como lo usas, y por último, al enemigo no se le deja suelto. Los enemigos que no se destruyen te matan, literalmente.
Yo no olvido. Voy a vengarme de ese bastardo malnacido. Sergio Blanco es mi objetivo. Cada día me preparo para ese momento, he tomado clases de tiro, y me repito una y otra vez que lo que es igual no es trampa. Sí mi destino es irme al infierno lo acepto, daré lo mejor de mí para ganarme mi lugar en la quinta paila, y con ello me refiero a matarlo. No quiero que otro tenga el privilegio de hacer mi trabajo. Yo estoy dispuesto a apretar el gatillo con tal de librar al mundo de esa plaga viviente.
Ricardo y Eleazar son mis secuaces. Ninguno cree que sea capaz de hacerlo. Dicen que no soy un asesino. Existe una forma de comprobarlo. Mi socio oculto se está encargando de ubicarlo. No daremos parte a la policía, ellos tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron. Yo no seré blando ni tendré compasión. No la tuvo con mi hija de escasos días de nacida. No se apiadó de Elena, una mujer recién parida, no fue clemente con un siervo de Dios. Porque Eddy era eso, un mensajero del cielo.
Alargo la mano y atiendo la llamada. La gruesa voz es inconfundible. Rocco me informa que ya lo tienen en la mira. Esto no es un simulacro.
La hora de la verdad ha llegado...
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