Capítulo 87 - Cambio de planes

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Capítulo 87

Augusto

"Cambio de planes"

La muerte me persigue. Primero fue Aquiles Sanabria, y ahora gana terreno con los cuerpos de Elena y Eddy. A mi padre le escucho decir que no descansara hasta limpiar el nombre de los Corona, que pagaran caro su afrenta, que somos hombres de honor. Que soy el elegido, que es tiempo de demostrar que somos invencibles.

Es bueno que lo tome de esa manera y no se ahogue en un mar de penas. Por lo menos mi padre tiene la entereza de mantenerse en pie cuando el mundo se derrumba a mí alrededor. Sobre mi espalda recae la responsabilidad de coordinar un digno funeral, el de mi hermano y su supuesta novia. Las investigaciones dilatan la entrega de los cuerpos y en el transcurso de ese tiempo muerto llega al pequeño pueblo una comisión especial que trae al famoso padre de Elena Chang. Un senador vitalicio de la dinastía China. Entre sus planes no figura dejar a su amada hija rebelde en tierras americanas. La reclama y se la lleva del país. No tengo como detenerlo. Se retira en la ignorancia del embarazo. La embajada colombiana tiene potestad sobre la información que circula. Se trata de la política y sus cosas. La armonía de los continentes depende de esta inocente pareja de cadáveres.

-Adiós, Elena – Le digo al avión que alza vuelo en el aeropuerto de San Antonio - ¿Cómo fuiste capaz? ¿En verdad eras la pareja de Eddy? Nadie me dará las respuestas, los muertos no hablan.

Ahora debo ser la voz de mi hermano, gritar por él, pelear en su nombre. Lo primero que haré es averiguar de dónde sale la droga. Luego se la voy a meter por el culo a ese bastardo conspirador que trata de venderles ideas a las autoridades venezolanas. Y por último, lo buscare. Tengo que encontrar al hijo perdido de Elena. Vivo o muerto, tiene que aparecer.

Una cosa es lo que yo pretendo hacer, y otra muy distinta lo que Mauro Benedetti espera de mí. Reconozco al sujeto que abre la puerta del vehículo y me invita a entrar. En este rincón alejado de la civilización me vuelvo a encontrar con su majestad, mi socio secreto, el mismísimo Mauro en persona...

 En este rincón alejado de la civilización me vuelvo a encontrar con su majestad, mi socio secreto, el mismísimo Mauro en persona

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-Apenas pude zafarme de algunos compromisos vine. Ya estoy buscando a Sergio Blanco. No se saldrá con la suya – A su lado esta Rocco. Inamovible. Mauro sigue siendo imponente y humilde al mismo tiempo. Se le ve preocupado.

-Dicen que mi hermano fabricaba drogas, eso no es cierto...

-Lo sembraron. Es natural. Yo hubiese hecho lo mismo en su lugar – Estos delincuentes finos tienen la particularidad de alabar los movimientos del enemigo, se admiran entre sí.

-¿Me ayudaras a limpiar su nombre? Mi hermano menor era un santo.

-Cuestionable. Estaba con tú amante.

-sí, bueno...no tengo una explicación...- Me hundo en dudas.

-Yo sí. Tu chica estaba jugando con ambos.

La sangre me hierve en las venas. Experimento el odio -Ella estaba embarazada, tuvo una criatura. Podría ser mi hijo...

-O de tú hermano.

-Ella era virgen.

Mauro se sorprende. Su mirada brilla, de inmediato se repone de la noticia.

-¿No estarás pensando en reclamar derechos paternales sobre esa criatura?

-Sería lo justo – Replico, bastante serio y convencido de mi decisión.

-Los prospectos a la cámara legislativa no tienen hijos regados con mujeres asesinadas. Ya es difícil crear una imagen con el fiasco de la droga de tu hermano.

-Ambos sabemos que mi hermano no era el dueño de esa mercancía. Tú mismo lo dijiste, lo sembraron.

-Augusto, puedo mantener tú imagen a raya, siempre que tenga una coartada creíble. A veces tendrás que echarle tu basura al vecino y hacerte la vista gorda. Con la policía concentrada en la supuesta actividad turbia de Edgardo Corona, no veo como haremos de ti un gran político.

-Ya no me interesa esa mierda...

-A mí sí. Edgardo es un mártir perfecto. El murió, tú sigues vivo.

-No lo estoy entendiendo – Agudizo la mirada y Mauro se acomoda en su asiento. Presiento que no me gustara lo que dirá.

-No quiero que limpies esa imagen. Dejaremos que la policía se convenza de su teoría, porque ese rió revuelto será tu máxima demostración de compromiso con la nación. No darás concesiones, ni siquiera a tu querido hermano fallecido.

¿Es lo que creo o estoy teniendo una pesadilla?

Apenas es el comienzo.

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora