Capítulo 52 - La carta

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Capítulo 52

Augusto

"LA CARTA"


Con la misma eficacia que me prestó sus servicios, el buen samaritano de Eleazar Pinzón hizo lo propio con mi esposa. Lo que llevaría varios meses de tramite estará listo en dos semanas, y eso porque a la pequeña Amada la atacó un resfriado común.

En cuanto a los pasajes, mis suegros gustosamente los costearon, desde Canadá los apartaron y en menos de lo que yo tardo en pestañear veo como se gesta públicamente una huida patrocinada por toda la gente que me rodea.

Y lo peor está por llegar. Entre la correspondencia común, encuentro un sobre sellado, sin identificación, como es lógico lo abro en el acto, para saber si me incumbe o no su contenido. Adentro esta una copia de la carta que escribió Aquiles antes de acabar con su vida.

-Alguien me quiere joder la paciencia – Gruño con el papelito aun sin leer en las manos. Me alejo con la misiva misteriosa al baño, donde la lectura será provechosa.

"Algunas verdades destruyen vidas", es el título de la última carta escrita por Aquiles Sanabria. Hay que reconocer que esa frase es tan cierta que me crispa los vellos de la piel. Su verdad es un designio de oscuro poder, él chico estuvo a milímetros de ser el príncipe de la maldad, sentado a la diestra de su majestad, Sergio Blanco. En ese sentido, rechazó el oro maldito. Continúo la lectura...

"Tenía grandes posibilidades de ser libre, me dijo el abogado defensor. Significa que saldría de este encierro para volver a la ciudad y enfrentar a los que me empujaron a cometer un delito. Quien quita y rápidamente hubiese cometido otro. Eso jamás lo sabré porque me niego a bajar la cabeza ante la basura que me gobierna. Antes prefiero perderla que asumir la verdad como único camino a seguir.

>>Díganle a mi madre que la libero de las cadenas que la ataban. Ella es dueña de su propia vida, que siga mi ejemplo y se revele en contra del dictador. Que no permita que otro bastardo le robe la libertad. Díganle que la amo".

Con esta clase de escritos el departamento de criminalística no me dejara a sol y sombra. Es una puerta abierta a la interpretación personal de un psicólogo experto.

¿Quién me envió este sobre perverso? ¿Es una advertencia? ¿Es una amenaza? ¿Sergio Blanco sabe el contenido?

Se me ocurre que Eleazar Pinzón, con todo y sus ínfulas de moralista, es mi único aliado.

Al otro lado de la hoja escriben con letras de imprenta, "CUIDA TU FAMILIA"....

-Eso hago, imbécil ¿Por qué crees que se van a Canadá? – Le gruño al papelito. De nuevo un profuso sudor recorre mi frente... ¿Asustado? Por supuesto que sí.

Alguien me acecha. Sergio Blanco está convencido de haber sido yo el artífice de los cambios moralistas de su difunto hijo. Debo cuidar a mis hijos, debo cuidar mi mujer. Y de repente pienso en aquella a la que tanto extraño y de la que no puedo ni hablar. La mujer misteriosa, Elena Chang.

Ella no es mi familia...

Es simplemente mi gran amor imposible...

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang