Capítulo 20 - Fiel

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Capítulo 20

Augusto

"FIEL"

Veo como se aleja en dirección al edificio, con su espectacular vestido blanco y me doy varias veces con el volante en la cabeza. Estoy haciendo lo correcto, que no es precisamente lo que quiero en realidad.

— ¡Es por culpa de ese discurso, Augusto! – Me reprendo en voz alta—¡¿Tú no querías ser mejor persona?! Ahí lo tienes. Comienza por respetar a tú cliente— Y arranco antes de que se me nuble el entendimiento y corra detrás de ella.

———

En mi hogar esta Brenda, privada de la risa por una ocurrencia de Braulio en torno a un tema de la escuela. Ahora el pequeño demonio no sale de nuestra habitación, acompañando a su madre, que tiene cama por cárcel.

—Cuéntenme el chiste para reírme también – Anuncio frente al marco de la puerta. Ambos se giran y me siento bienvenido a la fiesta.

—¡¡Papa!!— Grita el pelado — ¡Estoy en el equipo de futbol!— Y deja la cama para correr a mis brazos.

— ¡Ese es mi hijo!— Digo con orgullo – ¿Viste que con esfuerzo y dedicación alcanzas lo que quieras?— Le instruyo, como es mi costumbre.

—Voy a llamar a mi tío Eddy, para que vaya al partido de este sábado contigo— Se suelta en un abrir y cerrar de ojos, porque su verdadera adoración no soy yo, es su tío, el hippie.

Brenda me sonríe, con sus mejillas cada vez más rellenas. Me acerco a la cama y le planto un beso en los labios.

— ¿Dónde estuviste? Estuve llamando a la oficina, y no estabas – Su reclamo es ligero.

—Con un cliente que heredé de Eleazar Pinzón. Le ayudé a elegir un vehículo, y cerramos el trato hoy mismo, pues viaja a Cartagena la semana entrante— No estoy mintiendo. Todo lo que dije es cierto.

—Últimamente tú trabajo es más importante que yo— el puchero infantil le quita seriedad a la queja — ¿Ya no somos tú prioridad?— Si no lo fueran me habría abalanzado sobre Elena Chang. Si no lo fueran ya habría renunciado a ese nido de ratas bien vestidas.

—No seas dramática. Estas haciendo lo que debes para que nazca nuestra bebita, y yo estoy partiéndome el lomo para asegurarle un buen futuro – Me aflojo la corbata y coloco el saco en el perchero. Muero por liberarme de tanto trapo – Yo soy el que debería quejarse. Tengo una bella mujer a mi lado que no puedo tocar siquiera ¿Sabes desde cuando no hacemos el amor?

Sí, estoy poniendo el dedo en la llaga de mi esposa. Tengo necesidades que no están siendo compensadas. Soy un pobre muerto de hambre suelto en una feria de comida.

—Eres injusto...— Brenda se le humedecen los ojos.

A diferencia de Elena, con Brenda puedo ser un gran manipulador. Ella es una niña mimada que pasó del seno de sus padres al seno de su esposo. Fui su primer y único hombre, y esa certeza me hace sentir poderoso.

—No llores, Brenda— Cierro la puerta, por si Braulio sube no vea a su madre hecha un mar de llanto – Falta poco para que nazca, no debes agitarte – Me siento a su lado y la estrecho entre mis brazos – Recuerda lo que dijo el médico.

— ¡Te amo tanto! – Le escucho proclamar con el rostro hundido en mi pecho— Tengo miedo de perderte...que algún día encuentres atractiva a otra mujer y mágicamente ya no sea tú reina...

Trago seco. Sus temores se han vuelto realidad –No hay porque temer...Eres mi esposa. Nunca te dejare.

Me casé por la iglesia.

Proclamé ante Dios el amor incondicional.

¿Soy capaz de serle infiel?

No lo sé...

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora