Capítulo 48 - Estoy contigo

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Capítulo 48

Elena

"ESTOY CONTIGO"

Mi labor de maestra es relajante. Las alumnas de corta edad se empeñan en aprender los pasos con la ética de los adultos. El ambiente glorificado por la música de Mozart me traslada a una época antigua, en los tiempos de la opresión femenina, y también del refinamiento en las artes en todas sus variantes.

Colombia me ha brindado oportunidades de crecimiento. Tengo prestigio. Tengo el estatus de ser una afamada bailarina, que además es artista plástica también. Ahora el director del conservatorio me ofrece un puesto fijo y espera una respuesta.

-No tengo en mente establecerme en el país – Me incomoda rechazar la oferta.

-Desperdicia una gran oportunidad de crecimiento. El año entrante me jubilare y que mejor que dejar en el cargo a Elena Chang.

-Sí vio mi currículo sabrá que no pretendía quedarme. Acepté la plaza porque tenía una fecha de inicio y una fecha de término. De igual modo agradezco su proposición.

-Tenía que intentarlo – confiesa.

Muy en el fondo de mi alma, dudé.

Al retirarme del conservatorio soy víctima de mis deseos ocultos. Adentro del vehículo prendo la radio y busco en el dial cualquier emisora que me ponga al tanto de los resultados del famoso juicio.

No es la noticia que imaginé.

En la emisora dan la primicia, "joven acusado de homicidio, es encontrado muerto en su celda una noche antes del juicio. Se presume fue un suicidio"... y lo dejan a la interpretación del oyente. No dan detalles ni comentan como murió. Aquiles Sanabria, está muerto.

Se me crispa la piel de solo escucharlo.

De nuevo soy presa de mis emociones. Augusto debe estar devastado. La enorme pared que alcé entre nosotros resulta no tener la altura suficiente para contener mis ganas de saltar sobre ella. Mi corazón empieza a latir desbocado.

Justo ahora, Augusto debe estar confrontando otro tipo de reto. Un paradigma para su carrera prolífica. El hombre que no sabe perder ha perdido un cliente. Primero fui yo, ahora esto...

Le llamo al móvil, pese a mi reticencia inicial, pronto contesta:

-¡Elena!- Le oigo exclamar.

-¡Augusto!...

-No es buen momento para llamar, estoy por entrar a dar declaraciones.-Su negativa no me amilana, estoy invadida por la angustia.

-Supe la noticia por la radio.- Le informo, aun sentada en el puesto del conductor.

-Por lo visto este es el año de la derrota. Pierdo a mi cliente. Pierdo mi matrimonio. Te pierdo... - Lo deja inconcluso.

-No has perdido tu matrimonio, acabas de ser padre de nuevo. Y en cuanto a mi...

Oigo que interrumpen. Augusto tapa la bocina para que yo no escuche lo que sucede, no obstante ya me hago una idea.

-Tengo que colgar. Ahora debo pasar. ¿Podemos hablar más tarde? – Su impaciencia se traspasa.

-Por supuesto.- Fin de la llamada.

Mis manos quedan frías, sudorosas. La ansiedad se apodera de mí.

ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDWhere stories live. Discover now