Bleach: Comenzando Como Vasto Lorde

Capítulo 2: Hueco Mundo

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original GloriousMilfHumter, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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Los siguientes eventos sucedieron antes del despertar de Kazuya.

Los Hollows prosperaron con Reishi, la sustancia mística que se tejió en el alma misma de cada ser. La alta concentración de Reishi en Hueco Mundo permitió que incluso los Hollows más débiles convirtieran la energía ambiental en su Reiryoku.

Los Hollows que habitaban en Hueco Mundo podían sobrevivir sin consumir almas, a diferencia de sus voraces homólogos que atormentaban el mundo de los vivos. Sin embargo, había aquellos cuyo hambre insaciable no podía ser saciada con simples Reishi o almas humanas. Obligados por un vacío corrosivo, estos Hollows recurrieron al canibalismo, dándose un festín con los de su propia especie. Este espantoso acto de depredación impulsó su evolución hacia una raza nueva y aterradora: los Menos.

Los Gillians y Adjuchas existían en un perpetuo estado de depredación, cada uno impulsado por el deseo de evolución. Distante y enigmático, Vasto Lorde examinó a los seres inferiores desde su elevada posición, y rara vez encontró un alma digna de aumentar su inmenso poder. Este ciclo implacable de devorar y ser devorado era la ley tácita que gobernaba Hueco Mundo, donde los débiles eran inevitablemente consumidos por los fuertes.

Los débiles se convierten en parte de los fuertes.

Entre los innumerables Hollows, uno se llamaba Emilou Apacci. No sabía nada sobre el origen de su nombre pero ciertamente tenía un poco de apego a él. En la jerarquía de los Hollows, Apacci no era una debilucha: había triunfado en muchas batallas. Sin embargo, fue el dolor de sus pérdidas lo que grabó surcos más profundos en su alma.

Con el tiempo, Apacci desarrolló una astuta estrategia para sobrevivir: evitar enemigos formidables con su forma ágil parecida a un ciervo. Cuando huir era imposible, canalizó energía espiritual en sus cuernos, desatando devastadores torrentes de Cero. Como Adjuchas, poseía un poder inmenso, pero eligió subsistir con el Reishi ambiental en lugar de devorar a otros.

Hoy ha sido un día tranquilo para los ciervos amantes de la paz. Atravesó con gracia el vasto desierto iluminado por la luna, sus cascos crujieron suavemente sobre las prístinas arenas blancas. La pálida luna colgaba baja en el cielo, proyectando una luz fantasmal sobre la árida extensión. De repente, se detuvo, el corazón le latía con fuerza en el pecho cuando vio dos piernas cerúleas que sobresalían de una duna cercana, como si su dueño hubiera sido enterrado vivo.

Con los ojos entrecerrados hasta convertirse en meras rendijas, Apacci escaneó el desolado horizonte, con los sentidos en alerta máxima mientras buscaba detectar a los siniestros Hollows responsables de esta trampa.

"No soy ningún tonto."

Como Adjuchas, sus agudos sentidos podían captar vagamente la presencia de Hollows, incluso aquellas que sus ojos no ven. El resultado, sin embargo, la dejó atónita.

'¿Qué? ¿No hay nadie aquí?'

Su curiosidad se despertó, giró su elegante cuello para examinar los alrededores una vez más antes de volver a mirar las delgadas piernas, que parecían demasiado delicadas para pertenecer a un Hollow.

"No es de mi maldita incumbencia", murmuró, dándose la vuelta y alejándose furiosa. Sin embargo, un minuto después, se encontró inexplicablemente atraída hacia las misteriosas piernas, que permanecían inmóviles y sin cambios.

'¿Cuál es su problema?'

Incapaz de reprimir su curiosidad por más tiempo, Apacci apretó los dientes en la tela azul que envolvía la pierna y sacó a su dueño de la arena, logrando finalmente ver bien al extraño.