Bleach: Comenzando Como Vasto Lorde

Capítulo 142: Crisis Interna

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original GloriousMilfHunter, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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Cuando Sung-Sun se fue, Kazuya miró a Mila Rose a los ojos. "Rose, ¿recuerdas nuestra charla sobre la noria?"

"...Ha sido un largo tiempo."

La vacilación en su respuesta fue una señal reveladora de que estaba mintiendo. Era muy fuera de lugar para ella, ya que normalmente era tan directa y asertiva. Ella no tenía que mentir ya que había rechazado sus insinuaciones antes. Tenía que descubrir la causa de su indecisión, o se quedaría atrapado para siempre en el estatus de "amigo cercano".

"Te lo recordaré entonces. Me dijiste que me aceptarías como tu compañero si regresaba con vida. Ya lo he hecho dos veces".

"¡Dije que consideraría la idea!" Mila Rose respondió, saltando del lujoso sofá como una leona lista para saltar. Su mirada, llena de emociones encontradas, se encontró con él. "Quiero estar contigo. No creo que pueda estar contigo".

Cuanto más pensaba en sus complicados sentimientos, más fuerte se hacía el nudo en su estómago. Sus ansiedades llegaron a un punto de ruptura, obligándola a golpear la mesa con el puño, destrozándola por completo. Se hundió en el sofá, le palpitaba la cabeza y respiraba entrecortadamente. "No tengo ningún maldito sentido... Skull, te amo pero no puedo escapar de este sentimiento persistente de que no puedo hacerte feliz. ¿Por qué me siento así?"

No pudo responder a su confusión hasta que recordó la declaración de Sung-Sun sobre la naturaleza de Mila Rose. De todos los Hollows que lo rodeaban, sólo Mila Rose abrazó plenamente sus instintos bestiales y encontró alegria genuina en actividades como la caza y el descanso. Tuvo que cambiar su perspectiva y adoptar la mentalidad de un león para ayudarla.

"Skull, di algo. ¿Mi instinto esta bien? ¿estoy pensandolo demasiado? Estoy tan... confundida".

Frente a su mirada vulnerable, asumió una expresión seria. "No estás del todo equivocada, Rose. Pero tampoco estás del todo en lo cierto."

"No estás ayudando, Skull".

Él se rió entre dientes. "Te gusta cazar, ¿verdad?"

Ella asintió con curiosidad, todavía sin estar segura de por qué él mencionó su actividad de pasatiempo. "Me encanta."

"¿Quieres cazarmne?"

Sus ojos se abrieron dramáticamente. "¿Como sabes eso?"

"Lo que estás sintiendo es un choque de tus emociones y tus instintos".

"¿Emociones e instintos? No lo entiendo. Hazme entender en un lenguaje sencillo."

{Ella es un poco tonta.}

Se aclaró la garganta. "Eres una leona, ¿verdad?"

"Por supuesto. Mi Zanpakutō se llama General Leona."

"¿Cuál es el papel de una leona en la manada de leones?"

"¿Orgullo? ¿Como el grupo de leones con un harén de leonas? ¿Qué hacen?"

Nacida en Hueco Mundo, carecía de conocimientos básicos sobre animales, la principal razón de su confusión actual.

"Una leona caza por su manada".

"Está bien... ¿qué tiene eso que ver con nosotros?"

"Tiene todo que ver con nosotros", dijo, sacudiendo la cabeza. "Me ves como un compañero, el lider de nuestro 'orgullo': Tu instinto es siempre buscarme y proporcionarme sustento. Pero cuando compré la mansión y me convertí en un hombre rico, perdiste tu propósito".

Él era un compañero perfecto con un defecto: su falta de dependencia de ella, lo que la llevó a perder la autoestima de sí misma como una "leona". Su depresión también estaba profundamente ligada a sus instintos: con su 'compañero' lejos de su alcance, carecía de motivación para hacer cualquier cosa y terminó holgazaneando todo el día. Cuando se enfrentó a Apacci, incluso intentó demostrar su valía cazando a Grimmjow y su grupo por él.

Por desgracia, no fue suficiente para curar sus problemas de confianza.

Una expresión de creciente comprensión se dibujó en su rostro, como si estuviera armando un complejo rompecabezas. El peso de esta revelación se apoderó de ella. "Madre... soy inútil en tu orgullo."

Tomando suavemente su mano, se la llevó a los labios y besó tiernamente sus nudillos. "Ese sería el caso si fuéramos bestias que vivieran en un bosque. No olvides que somos Arrancars, híbridos de Shinigami y Hollow. No necesitamos vivir según nuestros instintos animales".

Ella arqueó las cejas. "¿Estás diciendo que puedo ser un buen compañero sin tener que buscarte?"

"Exactamente. Aparte de cazar, puedes hacer mucho más para ser una buena esposa".

Ella sonrió cuando él mencionó que era una buena esposa. "Pervertido de lengua simplista, estás sugiriendo sexo".

Aclarándose la garganta como para restar importancia a su insinuación, sonrió. "El sexo es sólo una de esas cosas".

Ella se rió ante su gesto inocente antes de moverse para sentarse a horcajadas sobre su regazo. "Muy bien, Skull. Demos una oportunidad a esto. Yo, Snake, Apacci, Harribel-sama y tú somos parte de una manada".

El cambió por completo su perspectiva sobre todos los hombres del mundo y luego se deshizo del problema que la hizo caer en depresión durante meses. A sus ojos, él era el hombre más confiable, con Harribel en segundo lugar.

"¿Qué pasa con Cirucci? ¿Ella no estará en la manada?"

Tos. Tos. Una serie de toses falsas los sacaron de su mundo privado. Allí estaba Cirucci, apoyada en la barandilla de la escalera que había encima de ellos, con una sonrisa en el rostro.

Mila Rose le lanzó una mirada poco divertida. "Cirucci, ¿qué dirás de la propuesta de mi compañero?"

Cirucci se encogió de hombros con casual indiferencia. "Lo que siempre he dicho. La familia y los compañeros no son para mí".

"La audacia", murmuró Mila Rose y volvió su atención a Kazuya. "¿Qué dices sobre atarla?"

"Olvidalo", se inclinó cerca de su oreja. "¿Sigue deprimida?"

"Más o menos... a veces no la entiendo."

Sacudió la cabeza y su expresión se volvió contemplativa. "Es mejor que no entiendas sus circunstancias".

Curar su Zanpakutō sería pan comido, pero curar su corazón sería complicado.

Aprovechando el momento de su contemplación, Mila Rose se inclinó para plantarle un suave beso en la mejilla. "Kazuya, tengamos una cita."

El brillo audaz de sus ojos y el atractivo de su voz eran señales que no podía malinterpretar con su experiencia. Y, francamente, estaba más que dispuesto a captar la indirecta.