Bleach: Comenzando Como Vasto Lorde

Capítulo 121: Sed

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original GloriousMilfHunter, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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Cuando llegó la noche, la conmoción se había calmado y el personal de la academia permitió a los estudiantes regresar a sus dormitorios. Rukia y Renji estaban frente al dormitorio de Renji, apenas sorprendidos por el estado del dormitorio que reflejaba el reciente caos dentro de sus paredes. Se sentía como la calma después de una violenta tormenta. Una tormenta creada por su amigo.

Anteriormente, Rukia había sentido una oleada de Reiatsu enloquecido, una fuerza abrumadora tan intensa que le hacia dudar de que el Reiatsu realmente perteneciera a Kazuya. Para cuando superó su miedo, el profesor había comenzado a sacar a todos de la academia, calificándolo de medida de seguridad pero sin ofrecer detalles.

"Kazuya lo hizo", murmuró Rukia en voz baja. Sus ojos escanearon los alrededores como si esperaran que Kazuya se materializara de la nada. "¿Adónde lo llevaron?"

"¡Argh!" Renji dejó escapar un rugido cuando sus nudillos chocaron con una pared medio rota en un ataque de frustración, el impacto resonó con un ruido sordo. "Los profesores no tienen idea de su ubicación. La ciudad es enorme. Buscarlo será peor que encontrar agujas en un pajar".

"Podemos dirigirnos al 10° Escuadrón", sugirió Rukia, con voz suave pero decidida. "El Capitán de esa división es amigo de Kazuya."

Renji parecía escéptico, pero aun así asintió con la cabeza de todos modos. Era la única pista para encontrar el paradero de Kazuya. "Si, vamos."

"Awww, no sabía que estabas tan preocupada por mí".

Justo cuando Rukia estaba a punto de irse, una voz juguetona que conocía bien los interrumpió. Ella giró bruscamente y sus ojos se encontraron con los de Kazuya. Estaba allí de pie, con los brazos cruzados y una sonrisa traviesa en el rostro. Como siempre, su Reiatsu reprimido tenía un nivel de complejidad, casi rastreable en la superficie pero profundo como el océano en el interior.

"¡Kazuya! Así que estás... bien", dijo Rukia sorprendida, desconcertada por su apariencia. "Estábamos a punto de ir a buscarte".

"Estamos decepcionados, ¿verdad? ¿Esperabas abalanzarte y hacer el papel de héroe para esta damisela?" Bromeó Kazuya, el misterioso poder de su voz hacía que la broma fuera difícil de descartar por completo. "Hoy no es el día."

"No seas ridículo", respondió Rukia, sus mejillas se tornaron de un ligero rosa. Le dio a Renji una patada juguetona, impulsándolo hacia Kazuya. "Cara de mono, explica".

Antes de que Renji pudiera avanzar más, Momo y Toshiro bloquearon su camino, con los ojos cargados de juicio silencioso.

"No estabas por ningún lado cuando te necesitábamos", dijo Momo, con decepción rezumando de su voz. "Ustedes dos son grandes amigos".

Toshiro asintió pesadamente. "Sabía que Renji era un cobarde".

"¡Oye! ¿A quién llamas cobarde?" Los nudillos de Renji se blanquearon mientras apretaba los puños, con fuego ardiendo en sus ojos. "El profesor nos retuvo como prisioneros. No pudimos venir".

"Sí, tiene razón", intervino Rukia en voz alta. "Nunca abandonaré a un amigo necesitado. Nunca".

Si bien la razón de Renji era, en el mejor de los casos, mediocre, la voz ferviente de Rukia convenció fácilmente a Momo. Sus ojos se suavizaron. "Te perdonaré esta vez. Shiro-chan, ¿y tú?"

Toshiro se cruzó de brazos y giró la cabeza. "Otro día."

Los ojos de Kazuya volvieron a Rukia, penetrando su fachada. Tenía sospechas de perder a sus amigos del Rukongai, pero su estado actual lo confirmaba todo. La pérdida profundamente arraigada la había llevado a asistir a la academia antes de la línea de tiempo canónica, lo que también era la razón de su comportamiento distante en ocasiones.