Bleach: Comenzando Como Vasto Lorde

Capítulo 17: Dolor

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original GloriousMilfHumter, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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La cruda realidad de la lesión de Kazuya lo golpeó como un maremoto; su brazo izquierdo había sido cortado limpiamente del hombro cuando agarró a Harribel. Un dolor insoportable lo recorrió, encendiendo cada nervio y quemando su conciencia. Aunque era un alma, un Hollow, su dolor era tan vívido y abrumador como las sensaciones más agudas de su vida.

"Agh." Kazuya se mordió la lengua, reprimiendo el grito que amenazaba con escapar de sus labios. Su riguroso entrenamiento con Harribel le había inculcado la importancia de la moderación y el autocontrol. Ya poseía un fuerte sentido de disciplina antes de entrar en este mundo, pero ahora lo estaban poniendo a prueba. "Mierda."

Harribel mostró una mirada horrorizada. "Kazuya, esto..."

"¡Kazuya!"

Harribel no fue la única aterrorizada cuando tres voces ansiosas gritaron detrás de Kazuya. Apacci, Sung-Sun e incluso Mila Rose corrieron hacia él, con sus rostros marcados por la preocupación. Los ojos de Apacci brillaron con lágrimas no derramadas, a punto de romperse, mientras Sung-Sun mantenía la compostura a pesar de la gravedad de la situación. Cada uno de ellos sintió el peso de la lesión de Kazuya y las posibles consecuencias que les esperaban.

"Ella es demasiado poderosa. Huyamos". Apacci, que no estaba dispuesta a perder a nadie, sugirió la mejor estrategia que se le ocurrió: huir de la amenaza. "No podemos ganarle".

"Será difícil..." Cyan Sung-Sun sacudió la cabeza con expresión grave. "Ella es más rápida que nosotros. Demasiado rápida. Kazuya, recuerda lo que te dije... Puedes lograr cualquier cosa mientras estés vivo. No puedes hacer nada si estás muerto".

Sung-Sun pudo discernir que el Arrancar, Cirucci, inicialmente quería a Kazuya vivo, pero su implacable provocación había alterado la dinámica. Ahora, lo que estaba en juego era mayor y su supervivencia estaba en juego.

"¿Te duele, Niño?" Dordoni preguntó con una sonrisa. "¿Te duele lo suficiente como para hacerte rendir? Solo debes saber que tus amigos serán masacrados si tiras la toalla".

Dordoni podía ver el terror en los ojos de Sung-Sun y Apacci, pero su determinación de apoyar a su amigo era inquebrantable. Estaban dispuestos a enfrentar sus corazones temblorosos para apoyar a sus seres queridos.

'El tipo de amigos que hacen sacrificios por los demás. Niño tiene suerte'.

Una vez había sido como ellos, hasta que la guerra se cobró la vida de todos los que amaba. Ahora no tenía a nadie por quien mereciera sacrificar su vida. Los recuerdos de su vida pasada, llenos de camaradería y altruismo, parecían un sueño lejano mientras permanecía allí, separado de los lazos que alguna vez lo mantuvieron unido.

Forjado en las llamas de la guerra, Dordoni renació como un demonio.

"De ninguna manera, caray" Kazuya cerró los ojos y respiró hondo mientras sentía el dolor agonizante recorriendo su cuerpo. A pesar de todo, volvió a abrir los ojos y forzó una sonrisa. "Chicas, no es más que un rasguño. Puedo regenerarlo fácilmente".

"¿Regenerarte? ¡Tu brazo está fuera!" Apacci estaba perdiendo la cabeza por su seguridad. "¡Me haces enojar!"

Harribel miró a los Espadas. A pesar de hurgar frenéticamente en su mente, no pudo encontrar salida a la terrible situación en la que se encontraba.

Cerró los ojos antes de abrirlos de nuevo con renovada determinación.

"Hay una forma de escapar de forma segura".

Su acto más despreciado: el sacrificio.

"Ni se te ocurra pensar en eso, Harribel." Kazuya descartó su idea como si pudiera leer su mente. Sus ojos ardían con desafío y rabia. "Esta es mi pelea. Mantente al margen".

Harribel se quedó allí, completamente sorprendida. Le dio la espalda y caminó hacia su lugar anterior, incluso cuando el dolor lo estaba matando desde adentro.

Cirucci flotaba sobre él, con una sonrisa condescendiente dibujada en su rostro mientras se deleitaba con su dolor. Ella lanzó una mirada fugaz al brazo cortado que se movía en el suelo entre ellos, desafiándolo a hacer un movimiento.

"¿No puedes soportar el dolor ahora, Big Boy? Entonces te haré un favor. Toma tu brazo y cúrate a ti mismo".

Sus intenciones eran claras: buscaba humillarlo profundamente y aplastar su espíritu resistente. Su comportamiento altivo y su tono burlón eran una demostración más de su arrogancia, un reflejo de su creencia en su propia superioridad.

Kazuya recogió su brazo cortado y lo acercó a su hombro. El Reiryoku residual dentro de la extremidad lo buscó instintivamente. Cuando las dos fuentes de poder se conectaron, la extremidad desprendida fue tirada a su posición correcta, volviendo a colocarse sin problemas.

Su habilidad de regeneración podía curar pequeñas heridas en segundos y técnicamente recrear extremidades desde cero, incluso si el brazo se hubiera perdido. El proceso podría haber durado días o incluso semanas; no estaba seguro del tiempo de regeneración de un brazo completo.

Cuando la sensación volvió a su brazo y dedos izquierdos, Kazuya se permitió un momento de alivio. "Uf. Pensé que había perdido un brazo".

[Habilidad: Resistencia al Dolor adquirida.]

[Nivel de maestría actual: Básico.]

Su experiencia cristalizó en una gran habilidad para batallas prolongadas.

"¿Listo para pelear ahora?"

Flexionó su brazo izquierdo y se cubrió los nudillos con su Aspecto de la Muerte. "Continuemos nuestro baile".

"Borraré ese descaro de tu taza".

Cirucci agitó ambos pares de alas y cargó contra Kazuya. Las alas de la hoja se acercaron desde ambos lados, listas para cortarlo en pedazos. Kazuya volvió a demostrar estar un paso por delante, burlándola con su Sonído. En un abrir y cerrar de ojos, se teletransportó sobre ella, evadiendo las mortales alas que silbaban en el aire donde acababa de estar momentos antes.

"Sólo estoy usando dos alas. Es injusto de tu parte usar cuatro".

Extendió la mano y trazó el centro de sus alas, sus manos se encontraron en el centro. Su Reiatsu dejó un brillo azul brumoso en sus alas.

"Quítate de encima", gruñó ella, intentando agarrarlo con su larga cola.

Pero una vez más, él evadió su alcance con sus rápidos reflejos. Ella se giró y lo fulminó con la mirada, sólo para sentir que sus alas se volvían más y más pesadas con cada respiración hasta que no pudo controlarlas. Sus alas plumosas más pequeñas tampoco podían mantenerla a flote.

Cirucci descendió, luchando por mantener el equilibrio y la gracia. De prisa, solidificó Reiatsu bajo sus pies para mantenerse en el aire. "¡¿Qué hiciste?!"

"Oh, vamos. Honestamente, no puedes ser tan ajeno", se rió entre dientes. "Muy bien, te lo explicaré en términos que un niño pequeño podría comprender. Aumenté el peso de tus alas metálicas".

Dado que sus alas no estaban protegidas directamente por su Reiatsu, fácilmernte podría aumentar su peso con una pequeña cantidad de Reiryoku, quitándole una de sus armas ofensivas más fuertes con facilidad. La estructura simple de las alas hacia aún más fácil su manipulación.

Cirucci intentó infundir Reiryoku en sus alas, con la esperanza de erradicar su Aspecto de la Muerte, pero fue en vano. Había alterado irreversiblemente sus propiedades. "Realmernte me gustaron, pero ahora no tengo otra opción... Está bien entonces".

Ella se encogió de hombros con indiferencia y las una vez formidables alas afiladas cayeron al suelo, sus ruidos metálicos resonaron en el aire. Las colosales garras blancas se le escaparon de las manos. Lo que quedó fueron dos huesos alargados, un recordatorio esquelético de sus alas anteriores, un par de alas más ligeras y una peligrosa cola en forma de látigo que parecía albergar vida propia.