No lo sé

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En mis adentros, solo anhelaba ver la sangre correr. Hacerle pagar por todo lo que me hizo y tuve que soportar. La impotencia de haber perdido el control hacía todo más desesperante. Había alguien más dentro de mí, alguien que no permitía que regresara. Estaba aprisionada dentro de mi propio cuerpo. Solo siendo una espectadora más. 

Desconocía todo lo que era capaz de hacer, todo lo que mis manos hacían y en mis adentros disfrutaba y me llenaba. Su fuerza se había quedado en pañales al lado de la mía. Su cuerpo malherido, sus extremidades fuera de sitio y miembro mutilado. Él seguía con vida, aunque lloraba y gritaba desconsoladamente. 

La explosión que hubo en la puerta, hizo que volteara a ver qué estaba sucediendo. Había mucha gente ahí fuera, pero a quienes menos creí ver fue a Ansel y a Louis. Todos miraban atónitos la escena. 

Caí de rodillas en medio del aula. Perdí la fuerza de mis piernas. Me abracé a mí misma, notando que tenía marcas negras en los brazos. Mi cuerpo se sentía sucio, luego de que hubiera sido tocado y dañado por ese infeliz. 

—¡Es una bruja! — les oí decir a algunos compañeros al unísono. 

—Stacy, ¡¿estás bien?! — cuestionó Karol desde la puerta, visiblemente preocupada. 

—No se acerquen a ella. Es peligrosa. 

—No hay nada que ver aquí. Vayan a sus respectivos salones— les dijo Louis, intentando cruzarse en la puerta para que nadie más pudiera ver lo que había sucedido. 

Ansel se puso de rodillas frente a mí, asegurándose de que no tuviera ninguna herida grave. 

—Stacy, ¿estás bien? Este olor… ¿Qué fue lo que pasó?

—Sácame de aquí, por favor— lágrimas brotaron de mis ojos sin cesar. 

—Tranquila, todo estará bien. 

—Sabía que tarde o temprano esto pasaría. Si quieres protegerla, llévala a mi casa inmediatamente, porque si esto llega a los oídos del resto de nuestra familia, sabes bien cuál será el desenlace. Me encargaré de esto. Váyanse, dénse prisa— dijo Louis. 

Ansel me ayudó a ponerme de pie y me sujetó firmemente. 

—No te olvides de esto—Louis tomó el libro del suelo y lo cerró, para luego extendérmelo—. Llévalo contigo. 

—¡No importa dónde te ocultes, Stacy o Úrsula, quien sea que seas! ¡De mí no te vas a escapar! — gritó Azazel—. ¡Ella es Úrsula, Ansel! Ella fue quien te engañó y le puso la soga al cuello a Jana. ¡Jana siempre fue inocente! ¡Mátala! 

Ansel me observó de reojo en silencio por unos segundos cuando escuchó lo que dijo Azazel. Aun así, me subió en sus brazos. 

—Sujetate bien. 

Me limité a sujetarme de su cuello y cerré los ojos cuando vi que despejó la ventana de las mesas. No quería ver la altura en la que nos encontrábamos. Sé que mientras él me tuviera en sus brazos, nada iba a pasarme. 

En el camino, intenté mirarlo de reojo disimuladamente, pues estaba en completo silencio. ¿Qué estará pensando? Obviamente escuchó lo que dijo Azazel y puede que hasta dude de mí ahora, pero yo no soy esa mujer que le hizo daño a Jana. No lo soy. 

—Tuve el presentimiento de que algo no andaba bien desde esta mañana— rompió de repente el silencio—. ¿Es cierto lo que dijo mi hermano? 

—Ansel, yo… 

Se detuvo en medio del camino y me miró fijamente. 

—Responde. 

—Yo no sé qué me está pasando. Te juro que no lo sé. Cuando desperté esta mañana, es como si alguien hubiera tomado el control de mi cuerpo. No entendía qué estaba sucediendo y tenía mucho miedo. Ese alguien se hace llamar Úrsula y es muy mala. Creí que todo era una pesadilla, pero tu hermano se enfrentó a ella y destapó todas sus fechorías. Al parecer, actuaron en conjunto en el pasado para perjudicar a Jana y a ti, pero yo no tengo nada que ver. Tienes que creerme. 

Hizo silencio por unos largos minutos que parecieron décadas. 

—Te creo. 

Lo miré sorprendida por su respuesta. 

—Siempre tuve el presentimiento de que alguien más nos quería hacer daño a los dos y que mi hermano estaba involucrado en ello, pero no tenía ninguna prueba. Además, me dejé cegar tanto por el coraje, que no fui capaz de investigar más a fondo. Y es algo que jamás podré perdonarme. Si realmente la hubiera amado lo suficiente, hubiese creído ciegamente en su palabra y hubiera hecho todo por salvarla y llevarla lejos de aquí, pero la condené, sin darle oportunidad a que se defendiera y demostrara su inocencia. 

Redención [✓]Where stories live. Discover now