ESPECIAL (CAPÍTULO DIECISÉIS)

123 21 2
                                    

Según regresé a la casa, noté que había demasiado silencio y calma. Mi primer pensamiento fue mi hermano. Debía contarle lo que había encontrado, por eso fui a la puerta de su habitación y la toqué.

—¿Hermano? — susurré, esperando que me escuchara, sin necesidad de hacer mucho ruido, pero no hubo respuesta. 

Insistí con un poco más de fuerza, pero mi voz apenas se escuchaba, se oía débil y apagada. Una sensación de pánico me envolvió cuando me di cuenta de que algo anda mal.

Empecé a tocar frenéticamente la puerta, girando varias veces la manilla, pero estaba cerrada con seguro. Esperaba que él me abriera y me ayudara a recuperar mi voz, pero mis intentos eran en vano. 

Una sombra oscura se deslizó por el pasillo, captando toda mi atención. La figura de ese demonio se acercó lentamente hacia mí, revelándose como una advertencia, así lo percibí. 

Intenté hablar, pero mi boca se negaba a emitir ningún sonido. Ese infeliz había robado mi voz, dejándome muda y desesperada. Traté de retroceder, de escapar de su influencia malévola, pero mis piernas estaban atrapadas en una parálisis paralizante. 

En sus manos vi un destello de luz brillante, como una esencia que representaba mi voz perdida. La sostuvo con deleite, disfrutando de su poder sobre mí. Claramente no quería que dijera nada de lo que allí encontré. 

—¿La quieres? —ese destello lo llevó a su boca y a través de su garganta se pudo apreciar esa luz brillante bajando. 

Mi corazón se llenó de angustia y determinación al ver mi propia voz atrapada en las garras de este infeliz. 

Me acerqué lentamente hacia él, mis ojos fijos en el resplandor cautivo. Aunque mi voz había sido silenciada, el fuego de la valentía ardía en mi interior. No puedo permitir que ese desgraciado me prive de expresarme. 

¿Realmente cree que esto va a intimidarme? 

Mi voz podrá estar ausente, pero mis ojos le hablaban con una intensidad desafiante. Sonrió maliciosamente, disfrutando de ese juego de miradas incesante de mi parte. Si no puedo recuperarla con mis propias manos, entonces no me queda más remedio que encontrar otra manera.

En ese momento, algo dentro de mí se activó. Una fuerza inexplicable se apoderó de mi ser, alimentada por el deseo de recuperar lo que me había sido arrebatado. Sin pensarlo dos veces, me lancé contra él, desafiando su maldad con el brillo de mi determinación.

En un acto impulsivo y audaz, estiré mi mano hacia su rostro y con suavidad, guié su mirada hacia la mía. Nuestros ojos se encontraron en un instante cargado de electricidad y, en ese momento, nuestras almas parecían comunicarse en un lenguaje silencioso.

Me acerqué lentamente a sus labios. Era un gesto valiente y desafiante, pero también cargado de una intención clara: recuperar lo que me pertenece. Mi aliento se entrelaza con el suyo mientras nuestros labios se acercaban, buscando el contacto que pudiera desafiarlo. 

En el instante en que nuestros labios se unieron, enviaron ondas eléctricas por toda mi piel. Sentí una torrente de energía recorrer mi cuerpo, mientras mis sentidos se despertaban y una extraña conexión se formó entre nosotros. La voz que me había sido robada volvió a mí, resonando en mi interior con una fuerza renovada. 

Él, sorprendido por la audacia de mi acto, retrocedió unos pasos, como si el poder que poseía hubiera sido desafiado por algo aún más poderoso. 

—¿Esto era lo que querías? —con una sonrisa confiada, lo miré fijamente a los ojos—. ¿Por qué no lo intentas de nuevo? No me molestaría hacerlo otra vez— lamí mis labios de comisura a comisura.

Quedó momentáneamente desconcertado y siguió retrocediendo lentamente. 

—Ya te lo dije, no me das miedo. 

Con un movimiento elegante, desapareció en una neblina de sombras. Me di cuenta de que el pasillo donde me encontraba, se distorsionó ante mis ojos. Las paredes parecían fundirse y retorcerse, como si estuvieran hechas de humo oscuro. Fue ahí donde vi a mi hermano salir del ascensor y caminar hacia mí. 

—¿Dónde demonios estabas? 

—Estaba con Vala. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? 

¿Él no lo siente? ¿Acaso solo yo puedo sentir su presencia y aroma en el aire? 

Redención [✓]Where stories live. Discover now