ESPECIAL (CAPÍTULO CUATRO)

578 66 3
                                    

Noa

Me encanta la noche y el peligro. Hace tiempo no salíamos de la mansión y es aburrido no tener con quien divertirme, pero me temo que he encontrado un nuevo pasatiempo. 

—La noche está muy silenciosa y tranquila, Walter. 

—Ya he dado la ronda y no hay nada de qué preocuparse, Abraham. Ya todos están descansando. 

—¿Iria no ha regresado?

—No, pero dije que estaría en el grotto, así que tomará su tiempo. 

Mi hermano se ha adelantado. Siempre tan impaciente. 

Solo tenemos una hora, antes de que se acabe el efecto y sean capaces de detectarnos, por lo que no desperdiciaré ni un segundo. 

La vista que brinda la torre es en todo el perímetro, pero nadie podrá vernos desde esta altura. Además, he asegurado las dos rutas de escape, por lo que de mí no escaparán. 

Aparecí ante ellos, permitiendo que pudieran ver mi verdadera forma. Ambos se levantaron de las sillas y fue Abraham quien retrocedió en busca de su arma. 

—¡No la mires a los ojos! — gritó Abraham.

Pero Walter ya había sucumbido a mi encanto y se había paralizado. 

Por lo visto, él es más fuerte, supongo que me veré en la obligación de volverlo obediente bajo presión. 

—Me temo que es muy tarde. 

Mi cuerpo me brinda la habilidad de moverme con más agilidad y rapidez, por lo que alcanzarlo antes de que pudiera llegar a su arma fue pan comido. 

Los junté con ayuda de mi cola y como Abraham aún oponía resistencia, decidí enfrentarlo cara a cara. Buscaba evadir mi mirada a toda costa. 

—¡Voy a acabarte! 

—Mmm, suena muy tentador por donde quiera que lo mire—pasé mi lengua en sus labios de comisura a comisura y los entreabrió, bajando por completo la guardia y volviéndose obediente. 

Puse mi mano por detrás de su nuca, atrayendo su boca a la mía y besándolo esta vez apropiadamente. 

Es el primer beso que le doy a un hombre. Es increíble la sensación y el placer que se puede experimentar solo con un roce de labios y de lenguas. 

Ellos dos son tan mi tipo. 

—Desprendes un olor y un sabor exquisito. No puedo esperar a probarte más, tanto a ti como a tu amigo. 

Miré a Walter, quien tenía sus mejillas rojas y no dejaba de mirar lo que hacía con Abraham.

—¿Tú también quieres? — me aproximé a él, robando esos labios que se mostraban impacientes por probar los míos también. 

Me siento tan emocionada y extasiada. 

Volví a mi forma humana, dándoles oportunidad de que estuvieran más cómodos y libres. 

Abraham, a pesar de haber sido quien más arisco estaba, fue el mismo que no desaprovechó ni un instante para ir al ataque. 

Su mano se posó en mi cuello, sin ejercer fuerza alguna y me atrajo hacia su boca para continuar con ese apasionado beso de hace un momento. Su otra mano se posó en el centro de mi espalda, presionándome contra su cuerpo. 

Ahora me encontraba en medio de ellos dos. Walter movió mi cabello hacia la espalda, depositando un caliente beso, haciendo a su vez fricción de su erección en mi trasero. 

Definitivamente no hay necesidad de elegir entre cuál de los dos me gusta más, porque me los quedaré a los dos. 

Redención [✓]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon