ESPECIAL (CAPÍTULO DOCE)

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Azai

Abrí los ojos, regresando a la realidad, encontrándome frente a frente con Vala. No sé desde cuándo había estado ahí observándome, pero me preocupó bastante saber que me había descubierto usando mis poderes, pues podía decirle a mis padres. 

—¿Todo bien?

—Sí. ¿Qué haces aquí?

—Estaba dando una ronda por los alrededores cuando te vi. 

Hubo un incómodo silencio entre los dos y levantó la mirada hacia el cielo. 

—No te tomo más tiempo. Regresaré a casa. 

Cuando me levanté, le oí suspirar pesadamente. 

—No deberías añadirle más preocupaciones a tus padres. Involucrarse con cazadores solo traerá problemas. 

—¿Qué te hace pensar que estoy haciendo eso?

—No es difícil intuirlo. Los hombres son demasiado obvios. En gran parte te entiendo. Has estado privado de muchas cosas, pero hacer cosas a las espaldas de tus padres, no está bien. Si algo te sucede por dejarte llevar por ese deseo carnal que apenas está despertando en ti y por esa hambre que sientes que te consume, vas a romperles el corazón. 

—Sabes demasiado. Pensé que estarías atacándome o amenazándome con que les dirás. Puedes quedarte tranquila. No volveré a acercarme a ninguno de ellos. Lo menos que quiero es ser una carga para mi familia. 

—¿Realmente estás bien? 

Pensándolo bien, ella debe saber algo sobre esa mujer que mencionó Iria. 

—Hay una cosa que quiero preguntarte y necesito que me respondas. Seguramente tienes la respuesta a mi pregunta. ¿Quién es Jana? 

Su expresión se mantuvo serena y neutral, no pude descifrar o leer sus pensamientos, como con ciertas personas me sucede. Ella es distinta. Jamás he sido capaz de saber qué piensa o qué siente, por más que la mire a los ojos. 

—No lo entiendo. ¿Por qué habría de tener una respuesta a esa pregunta? 

—Me dijeron que Jana fue una víctima más de mi papá. Quiero saber si es cierto, y si es así, quiero saber qué pasó con ella. Si realmente mi papá la engañó como me dijeron y qué había entre ellos. No sabía que papá tuvo a alguien más antes que mamá. 

—Y si ese fuera el caso, ¿qué tendría que ver eso contigo? 

—No lo sé, simplemente siento aquí dentro que quiero saberlo. 

La he visto en su verdadera forma muchas veces, aunque nunca había presenciado su transformación, por eso me tomó desprevenido, cautivando mi atención de inmediato. No sé por qué de repente la estaba viendo de una forma tan… diferente. 

Sus ojos dorados brillaban con una intensidad casi hipnótica, y su cabello castaño oscuro que caía en cascada sobre sus delicados hombros, desapareció. Su piel pareció estirarse y su forma humana se deformó por completo. 

El asombro se apoderó de mí mientras observaba cómo las escamas suaves emergían lentamente de su cuerpo, cubriéndola con un brillo iridiscente. Se había transformado ante mis ojos, revelando su verdadera y única esencia. 

La belleza que irradiaba era asombrosa, envolviéndome en una sensación de fascinación y encanto. Su cuerpo ondulaba con elegancia y gracia, como si estuviera bailando una danza única para mis ojos. Sus escamas, suaves al tacto y tan deslumbrantes bajo la claridad de la luna eran también asombrosas. 

La había acariciado de manera inconsciente, sin siquiera pedirle permiso y, cuando caí en cuenta, automáticamente aparté mi mano.

—Lo siento. No quería mostrarte algo así. Mi poder se ha debilitado. He pasado mucho tiempo en mi forma humana. 

—No pasa nada. Te ves… distinta. Tus escamas son muy suaves y agradables al tacto. Me gustan mucho. 

Deslizó su cola hacia mí de manera delicada pero decidida, envolviéndome suavemente entre ella. Me dejé llevar por la sensación cálida y reconfortante que emanaba de ella, trayendo recuerdos de las pocas veces que había estado en esta misma situación, pero ahora era distinto, pues mi tamaño no es el mismo de antes, tampoco sigo siendo ese niño del que cuidó por un tiempo. 

Me envolvió con su cola alrededor de mi cuerpo, creando un abrazo suave pero firme. Sentí cómo su respiración tranquila y rítmica me envolvía, como una canción de cuna que me arrullaba hacia la serenidad. 

—¿Qué haces? —reí por su extraña actitud—. ¿Piensas devorarme? 

—No, solo estoy cansada. 

Con un movimiento suave, se acomodó junto a mí en el suelo cubierto de hojas. Sus escamas suaves se fundieron con mi piel, generando una sensación de comunión y protección. 

Iba a proponerle regresar a la casa, pero realmente se veía agotada. Hasta había cerrado los ojos. Además, para ser honesto, se sentía agradable y cómodo estar engullido en la suavidad de sus escamas.

—Me estás transmitiendo tu cansancio, Vala—mis párpados se comenzaron a sentir pesados. 

El ritmo suave de su respiración se volvió un bálsamo para mi alma agotada, mientras me dejaba llevar por la calma que envolvía nuestro refugio improvisado. 

Sin miedo ni aprehensión, me dejé llevar por el sueño que me abrazaba, sintiéndome seguro al estar rodeado de ella. Ambos nos sumergimos en un sueño reparador, acunados por el susurro del viento y la armonía de la noche. 

Redención [✓]Where stories live. Discover now