Sanación

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—Vala, ¿dónde estás herida? —no me atrevía a tocarla y que fuese a lastimarla.

Se desenroscó, mostrándome la herida, la cual definitivamente había sido provocada por esa daga. Era demasiado profunda, el sangrado lo confirma.

Esa mujer estaba esperando nuestro descuido para atacarla, porque sabía que si le hacía daño a ella, también se lo haría a Louis.

Necesito hacer algo. Está perdiendo mucha sangre. Pero ¿qué hago? No creo que soporte a que llame a mi padre y venga.

—Quédate aquí. Ya vengo— fui por mi celular en la cocina y regresé con Vala—. ¡Papá, tienes que venir! Han herido a Vala y está sangrando mucho. ¿Qué hago? No creo que soporte hasta que llegues.

—¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué tipo de herida tiene?

—Jana no fue quien regresó, fue Úrsula, la bruja malvada. Todo esto es mi culpa.

—¿Qué?

—Sí, papá. Si yo no hubiera…

—No es momento de lamentarte, hija—me interrumpió—. Dime, ¿qué tipo de herida tiene?

—Ella tiene la daga de las siete luces, la misma que usaba Jana para cazar seres sobrenaturales. Fue con ella que la hirió.

—Maldita sea… escúchame bien, necesito que limpies y desinfectes la herida. Luego vas a presionarla, de esta manera detendrás el sangrado, lo más recomendable es que uses un paño, ya que es grueso y absorberá más.

—No creo que eso sea suficiente, papá. Fue una herida muy profunda.

—¡Simplemente hazlo!

—Resistente, Vala, por favor.

Fui en busca de todo lo que me pidió, también traje conmigo una cinta adhesiva pensando que eso también podría servir. Puse el teléfono en altavoz mientras le atendía.

—Tranquila, todo va a estar bien— la acaricié, antes de desparramar alcohol en su herida, que era lo que tenía a mi disposición.

Su cola se agitaba del dolor, cerraba y abría sus ojos débilmente, tratando de observar lo que hacía. Presionaba con fuerza, pero el paño se cubrió casi en su totalidad de sangre en solo una fracción de segundos. Podía exprimirlo fácilmente por lo húmedo que se encontraba de ella.

—Papá, es demasiada sangre.

—¡Busca más paños! Todavía me falta un largo tramo por llegar, hija. Necesito que aguardes e intentes mantener la calma y controlar la pérdida de sangre. Realiza un torniquete, debes ajustarlo lo más que puedas.

Fui corriendo en busca del equipo que encontrara, pasé por el lado de Ansel, Louis y los niños. Louis se veía muy mal, quería estar con él y ayudarle, pero sé que si logro estabilizar a Vala, él podrá ponerse mejor también. Por eso mi prioridad era hacer lo que estuviera a mi alcance para ayudarlos.

Le hice un torniquete lo más ajustado que pude, pero ella se veía muy mal. No reaccionaba a ningún estímulo. Ya no abría los ojos, por más que le pedía que me mirase, su respiración era demasiado débil.

Para completar, la llamada se cortó y por más que lo llamé para atrás, me salía el buzón de mensajes, como si se le hubiera apagado el celular.

¿Qué hago? Si esto sigue como va, voy a perderlos a los dos.

La opresión en el pecho de la frustración, de la culpa e impotencia no permitía que pudiera respirar adecuadamente. Era incapaz de expresar y descargar mi dolor en lágrimas, pero el estaba ahí presente, torturándome.

Si yo no me hubiese empeñado en traer a Jana de regreso, esto no hubiera ocurrido. No hago otra cosa que lastimar, directa o indirectamente a los que amo.

Cerré los ojos, teniendo una visión que de negro iba esclareciéndose. Me encontraba varada en un bosque lleno de frondosos, gigantescos, verdosos y hermosos árboles. Una fría brisa acarició mis mejillas. Sentía que de alguna manera, su intención era consolarme. La madre naturaleza me estaba enviando un mensaje, mostrándome el interior y su verdadera belleza en su máximo esplendor. En medio del camino, había una luz que de blanca se tornaba dorada, y de dorada a amarilla.

Caí de rodillas frente a ella, juntando las manos, por la misma necesidad que sentí de traerlos a todos aquí algún día para que pudieran contemplar lo mismo que yo.

“Fuerzas de la Naturaleza del Cosmos

que obráis en armonía.

Voluntad del Señor y la Señora,

Padre y Madre Eternos,

que reinas en este mundo.

Vengo a vosotros por súplica

que se cumpla el plan eterno como sea.

Pido por el crecimiento del espíritu

por este cuerpo que pasa dolor y sufrimiento

que la misión sea llevada a cabo.

El cuerpo sufre porque el espíritu busca respuestas y necesitan de la pregunta del dolor.

Pido por que Vala y Louis encuentren las respuestas.

Que la sanación sea antes en el espíritu

para que la sanación sea en el cuerpo

Que sane el espíritu como obra primera

que sane el cuerpo si así debe ser

siempre cumpliendo la voluntad infinita.

Gracias os doy por el sufrimiento

que nos permite crecer.

Cumplida sea la Voluntad Superior.

¡Qué así sea!”.


En mi interior, pronunciar esas palabras que desconocía, pero que, por alguna razón en mi cabeza habían aparecido, me hicieron sentir paz, tranquilidad, seguridad y armonía. La fuerza y las energías que había pérdido, volvieron a mi cuerpo, regresándome a la realidad.

Levanté la cabeza, encontrándome con esos ojos dorados que alguna vez me causaron miedo y escalofríos, pero que ahora, no puedo visualizar una vida sin encontrarme con ellos. Ella es parte de mi familia y por nada del mundo podría perdonarme si la pierdo, tanto a ella como a Louis.

Aunque aún estaba débil, recostó su cabeza en mi regazo y mi corazón se sacudió con fuerza.

—Te pondrás bien, pequeña. Te lo prometo— acaricié su cabeza con suavidad.

Redención [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora