ESPECIAL (CAPÍTULO TRES)

669 65 4
                                    

—Híbridos… —murmuró el señor, mirando a mis hijos.

—Les agradecemos que se hayan tomado la molestia de traerlo. Les doy mi palabra de que esto no volverá a suceder— dijo Louis, intentando despacharlos y tratando de levantar al hombre que aún no reaccionaba. 

Ansel logró convencer a nuestros hijos para seguirlo a la casa, mientras que Louis y yo nos quedamos a solas con ellos.
Esos desgraciados ni siquiera disimulaban mientras desnudaban con la mirada a mis hijos.

Sé que ya están hechos unos adultos y que es normal que en estas circunstancias, dónde ha habido tanta escasez, se sientan tentados y atraídos hacia quien pueda proveer sus necesidades, pero me niego a permitir que se fijen precisamente en esta gente.

—Espero hayan saciado la curiosidad. Ahora si nos disculpan, debemos retirarnos— agregué.  

Les di la espalda, dejándolos con la palabra en la boca y esperando por Louis para entrar de vuelta al instituto.

[...]


Ya estando por fin a solas con Louis, luego de haber examinado al hombre y asegurarme de que su condición no fuera nada grave, pude traer el tema a nuestra conversación.

—Esa gente ha descubierto el secreto de nuestros hijos. Esto los pone en inminente peligro. Debiste permitir que me hiciera cargo.

—No pienso desatar una guerra contra esa gente mientras tengamos formas de evitarlo. Probablemente vinieron por curiosidad, pues se ha regado por todas partes que ahora quienes habitamos la mansión somos nosotros. Si quisieran hacernos daño, ya lo habrían hecho.

—Él tiene razón—afirmó Ansel, entrando al aula con nosotros—. En otros tiempos, no habrían venido con paños tibios, créeme. Ellos tienen todas las de ganar y más ahora que somos pocos. La hermandad de las siete luces está compuesta por alrededor de treinta  miembros. Cada uno posee poderes y habilidades únicas. Si nos enfrentamos a ellos, estaríamos cavando nuestra propia tumba. No podemos arriesgar a nuestra familia.

He guardado la daga que pertenecía a Jana. Conozco el poder que posee, por lo que sería peligroso que caiga en manos equivocadas.

Me mortifica no saber la razón detrás de su visita. Sea lo que sea, siempre y cuando no vuelvan a acercarse a mí familia, todo estará bien.

[...]


Iria

Regresamos a la torre, reencontrándonos con el resto de nuestros miembros.

—Ahora todo tiene sentido. Por eso los mantienen en la mansión Winchester, ocultos del exterior— dijo Abraham—. ¿Qué haremos con ellos, señor?

—Por lo pronto, le comunicaremos esto a Vincent—respondió nuestro líder Fausto—. Él debe saber lo que está ocurriendo. Esa mujer me da mala vibra. No pude descifrar qué demonios es, pero su energía es muy fuerte y maligna.

—¿Podría ser por la maldición de su padre? —cuestioné.

—No estoy seguro, Iria. Jamás me había sentido así con la presencia de un ser como ellos. Algo nos estamos saltando, pero lo descubriremos.

—¿Crees que ellos tuvieron que ver con la desaparición de la Sra. Khali? — indague.

—Eso no me cabe duda. La Sra. Khali no dejaría su cargo a nadie, mucho menos se iría sin decirle nada a Vincent.

[...]


Ha caído la noche. Hoy no es mi turno de vigilar el perímetro, por lo que podría refrescarme y desconectarme un poco en el grotto. Hay una cascada que esconde una caverna subterránea con una piscina de agua cristalina.

Solía venir más a menudo con mi hermana, pero desde que nos separamos, he seguido viniendo sola. Me encanta venir aquí. Es un lugar tranquilo y seguro, donde hay varios pasadizos para escapar, los cuales conozco como la palma de mi mano.

Dejé que la corriente de agua cayera sobre mis hombros, esto me sirve para liberar tensión y me ayuda con el espasmo que me ocasionó este acalorado e intenso día.

No quise alegar nada en presencia de Abraham y Walter, mucho menos frente a Fausto, pero a mí tampoco me dio buena espina esa mujer. No sé si fueron ideas mías, pero noté que su mechón blanco brilló cuando se sintió amenazada por mí.

Y hablando de ese evento, me encantaría saber qué fue lo que pasó allí.

«¿Qué me sucedió con ese hombre? ¿Por qué su mirada me robó el aliento?».

Jamás había visto un hombre tan atractivo, con los ojos más bellos que haya contemplado alguna vez.

«Sin duda alguna, es hijo de Ansel Ludwing, es idéntico. Lo mismo con esa otra mujer de cabello blanco, es idéntica a Louis Ludwing, pero ¿cómo han podido ocultarlos por tanto tiempo?».

La esencia de ellos dos es demasiado fuerte, más que la de sus padres.

Sentí una extraña presencia cerca, esa sensación de que algo o alguien me espiaba desde algún rincón.

Miré a mi alrededor, nadando hacia mi ropa y tomando el arma. No vi a nadie, a excepción del agua agitarse a algunos cuántos centímetros de mí.

«¿Será una entidad demoníaca, tal vez otro vampiro?».

El aire se ha vuelto frío de repente.

Debajo del agua no se ve nada, esa corriente pareciera que alguien la creó intencionalmente, tal vez con el propósito de llamar mi atención.

—¡Muéstrate ante mí!

Dentro del agua seré lenta. Debo salir de aquí y enfrentar a quien se haya atrevido a cruzar a nuestro territorio.

Mi intento fue frustrado al darme la vuelta, tras encontrarme cara a cara con ese hombre.

«¿Cómo demonios no pude percibir su presencia y reconocerla, siendo tan fuerte? Ha engañado mis sentidos con facilidad. ¿Cómo lo hizo?».

—Tú… ¿Estás retando a la muerte?

Mi ataque frontal y directo lo detuvo con solo una mano. Mi arma cayó dentro del agua y se hundió hasta el fondo.

«¿Cómo es posible que un simple, miserable y débil vampiro, pueda tener más fuerza que yo?».

—¿Para eso has pedido que me revele?

—Maldito prepotente, ¿cómo te atreves a subestimarme? He matado a muchos como tú.

—Ahora entiendo eso que dicen, sobre que cada cazador posee un arma única y mortal— recorrió mi desnudez descaradamente, y es que había hasta olvidado que me encontraba completamente desnuda—. Por primera vez estoy deseando ansioso la muerte— sonrió malicioso, mostrando intencionalmente sus colmillos.

Redención [✓]Where stories live. Discover now