Huellas

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—Salimos inmediatamente para allá— colgué la llamada.

—¿Qué sucede?

—La muñeca desapareció. Tenemos que regresar ya.

¡Maldición! ¿Qué habrá pasado? ¿Será que alguien más la encontró y se la llevó? No pudimos deshacernos de ella ayer, porque debíamos esperar a que las velas se consumieran por completo y se hiciera de día, de este modo, nada de eso se revocaría a mi persona.

Llegamos al lugar, exploramos los alrededores y las huellas humanas que habían en la tierra. Las velas estaban regadas por el suelo. No lograron consumirse ni apagarse por sí solas.

—Aquí hubo alguien. Son las huellas de una persona— agregó Louis.

Las huellas nos llevaron hasta cierto punto en medio del bosque, pero todo el camino que tomaron fue recto. En esa dirección y mucho más adelante queda la mansión Winchester. No quiero ni pensar que quien lo encontró casualmente fue alguien de allí.

—Esto no pinta bien— se adelantó a decir Louis.

—Debemos encontrarla y destruirla. Esa muñeca es una puerta abierta de su mundo al nuestro.

—Lo siento. No debí hacerlo. Debí oírte. Verdaderamente creí que funcionaría, no que traería problemas.

—No es momento de lamentos.

—Tu padre tiene razón. Lo mejor es que te quedes aquí. Yo iré a la mansión. No quiero exponerte a que te topes con mi hermana. Extraño ha sido que no haya aparecido por nuestro hogar después de todo.

—No te dejaré ir solo. Después de todo, fue mi culpa. No le tengo miedo a tu hermana.

Louis sabía que no iba a dar mi brazo a torcer, por eso ni insistió en que me quedara. Mi padre también vino con nosotros, no quiso quedarse atrás.

Volvimos a encontrar rastros de las huellas y, en efecto, se habían dirigido a la mansión. La seguridad que antes había, ya no es la misma. Este lugar se ve tan solitario, a pesar de que la siguen habitando los empleados y la Sra. Khali.

Nadie podría negarle la entrada a la casa a Louis, por eso los empleados nos recibieron sin ningún problema. Corrimos con suerte de que la Sra. Khali no se encontraba en estos momentos, por lo que teníamos oportunidad de buscar con calma dentro y alrededor de la mansión.

Por supuesto que había muchos lugares por buscar, por eso nos dividimos. Louis permaneció conmigo, buscando en el interior, y mi padre se mantuvo buscando en las afueras.

Nos tomó más tiempo de lo previsto ir piso por piso y habitación por habitación. Habíamos perdido el rastro de las huellas muy cerca a la entrada. El último lugar que aún faltaba por buscar, era el famoso sótano. El único sitio que nos prohibieron entrar ese día que llegamos de excursión. El mismo que en su interior ocultaba muchas cosas siniestras y escalofriantes.

Louis no quería que entrara con él, porque decía que no quería herir mi sensibilidad, pero ya era tarde, ya había puesto un pie dentro y en mis adentros, hubiera deseado no haber saciado la curiosidad.

El lugar estaba lleno de escombros, suciedad, huesos en masas y sacos. Era como una especie de matadero con neveras al mismo tiempo, donde conservaban restos de cuerpos humanos. Hornos donde se asomaban algunas camillas en metal, donde estaba segura que era el método infalible para deshacerse de la mayoría de los cuerpos que han traído aquí. En cada rincón había vestimentas percudidas de hombres y mujeres, zapatos, que se notaba a leguas que llevaban mucho tiempo ahí. El aire se percibía muy cargado, era más que obvio, después de todos los inocentes que debieron pasar por este lugar.

—¿Aquí es donde terminan todos esos estudiantes que visitan la mansión? ¿Aquí es donde iba a terminar yo? — verdaderamente me espanté y retrocedí, observando todo con repulsión y temor.

—Yo jamás estuve de acuerdo en esto. Como sabes, estaba viviendo aparte.

—Lo sé, pero estabas al tanto.

—Jamás he intervenido en las decisiones que tome mi hermana. No soy quién para hacerlo. Sí coordinaba algunas excursiones, pero bien te dije con cuál propósito y era el instituto.

—Tu hermana está loca.

Iris… ahora recuerdo esa pesadilla que me acechó cuando desapareció de repente. Le hicieron lo mismo, ¿cierto? Probablemente su alma ha permanecido aquí y por eso se reveló ante mí esa noche. Ella fue una de las primeras víctimas que desapareció del grupo.

—La familia Ludwing siempre ha ocultado muchos secretos. Este es solo uno de los tantos que guardan bajo las mangas. 

Esa voz…

—Especialmente la Sra. Khali...

Nos volteamos lentamente hacia donde provenía esa voz y casi se me cae la quijada al suelo de la impresión.

—Jana… 

Redención [✓]Where stories live. Discover now