Espacio

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Stacy

Mis emociones son un completo desastre en este momento. Es horrible este sentimiento tan desagradable que me agobia en el pecho. El cargo de conciencia, la culpa, el miedo, todo se ha juntado, dando como resultado un mar de lágrimas. 

Solo podía reproducir en mi cabeza esa mirada llena de decepción, esa forzosa sonrisa e indiferencia que mostró. Por supuesto que merezco todo esto y más, su desprecio se queda corto a lo que verdaderamente merezco, después de todo, acabo de herirlo de la peor forma. 

¿Qué esperaba? ¿Que me perdonara por haberle correspondido a su sobrino? ¿Que hubiera hecho como si nada hubiera ocurrido? 

Lo he lastimado. No merezco siquiera que me perdone. 

Oí sus pasos cuando entró a la habitación y lo seguí con la mirada. Tenía sus manos guardadas en los bolsillos y su expresión denotaba estar sumido en pensamientos. 

—Quisiera tener las palabras adecuadas en este momento para esta situación, pero me he dado cuenta que soy un completo desastre para esto— sus palabras fueron pausadas, pero podía percibir su dolor detrás de ellas. 

—No voy a evadir la culpa, Louis. Te he fallado y te he decepcionado. Perdóname, perdón por lo que hice. Sé que no merezco tu perdón. Me he comportado como un monstruo contigo. Tú no mereces a alguien como yo. 

—Te daré tu espacio y tu tiempo. Espero eso te ayude a aclarar tus pensamientos y lo que sientes, si algo, hacia alguno de los dos. Quiero que te quede claro que no voy a juzgarte, tampoco reclamarte nada y respetaré la decisión que tomes. Tenemos una hija de por medio, por lo que no pienses que la decisión que tomes afectará eso de alguna manera, porque no pienso dejarlos solos a ninguno de los tres. 

—Louis, yo sí te amo. 

—No. Perdóname por lo que voy a decir, pero si realmente lo hicieras, al menos lo suficiente, como yo lo hago, no te habrías entregado a él como lo hiciste en ese beso. 

Sus palabras me silenciaron y por supuesto que me dolieron el doble, porque quizás en el fondo él tenga razón. Si lo hubiera hecho lo suficiente, habría podido evitar lo que pasó.

—Desde que comenzamos a salir, siempre tuve presente que estabas enamorada de él y porque no quise convertirme en su reemplazo, fue que quise darte tu tiempo y no saltarnos ninguna fase. Comenzamos como amigos, luego como pareja y ahora solo soy el padre de tu hija. Todo fue muy prematuro, lo sé. Debí darte tiempo y la oportunidad de que pudieras sanar y estuvieras realmente clara en tus sentimientos— sonrió con ironía—. Tal vez decirte todo esto en estas circunstancias me haga un mal hombre; un cobarde y patético hombre, pero es lo que pienso. Me duele hablarte así, créeme, me duele como no tienes ni maldita idea, pero considero que esto será lo mejor para los dos, o más bien para los tres. Descansa, Stacy. Yo cuidaré de los niños. 

Por supuesto que quería detenerlo, pero no tenía cara en este momento para hacerlo. Me dolía el corazón más de lo que alguna vez me hubiera dolido. He pasado por muchas situaciones, pero honestamente nada se comparaba a este inmenso dolor que me causó verlo marcharse. 

Redención [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora