ESPECIAL (CAPÍTULO QUINCE)

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Aunque planeaba regresar, había algo que no lo permitía; y era ese aroma que aún persistía en el aire. Tenía la sensación de que justo hacia donde desapareció ese demonio, se ocultaba algo más.  

Caminé por los senderos ocultos del bosque, guiada por esa intuición inexplicable, pero en ningún momento sola. La atmósfera se percibía mucho más cargada que antes. 

A medida que avanzaba, noté una extraña presencia en el aire. Era como si los árboles me susurraran advertencias silenciosas, como si las serpientes negras que se cruzaban en mi camino me ofrecieran protección. Habían aparecido de la nada, pero me sentía segura entre ellas.

Finalmente, llegué al corazón del bosque, a un claro bañado por la luz tenue de la luna. Allí, sobre un antiguo altar de piedra, yacía un cuerpo inerte de un hombre. Mi mirada se posó en él, reconociendo las marcas y los símbolos que lo rodeaban. Era evidente que aquel lugar había sido preparado para un ritual místico, aunque desconocía cuál era en sí el propósito. 

Mis ojos no se desviaron ante la visión del cuerpo sin vida, pues mi herencia híbrida me había despojado del miedo que usualmente afligía a los mortales. Me acerqué con curiosidad y observé los detalles de aquel extraño sacrificio, la extraña marca que había en el cuello del cuerpo de ese señor. El cuerpo se ve bastante conservado, no tengo idea de cuánto tiempo lleva aquí, pero no creo que mucho, si me dejo llevar por su aspecto. 

Las serpientes se deslizaban a mi alrededor, pareciendo danzar al compás de un ritual que solo ellas conocían. Su presencia me reconfortaba, transmitiéndome una sensación de pertenencia y protección.

Aunque, ese hombre misterioso no se encontraba presente en este momento, sentía su influencia en el ambiente. Los signos eran claros: las marcas oscuras grabadas en la piedra, la energía densa que parecía impregnar el aire, el aura de poder que rodeaba al cuerpo inerte. 

Mientras me adentraba en los misterios de este lugar, me di cuenta de que había sido atraída aquí por una fuerza superior. Sabía que debía ser cuidadosa, que cada paso podía desvelar secretos inimaginables. Pero mi corazón latía con emoción y mi mente se llenaba de preguntas, ansiosa por descubrir la verdad detrás de ese ritual oscuro.

El silencio se rompió cuando una suave brisa agitó las hojas de los árboles, revelando una voz susurrante que parecía emerger de todas partes a la vez. No podía verlo, pero sé que estaba ahí, observándome con ojos invisibles.

La voz susurra en mi mente, una melodía cautivadora que me llamaba, seduciéndome hacia lo desconocido. Sentía una mezcla de temor y atracción, un deseo de descubrir la verdad detrás de la cortina de sombras. Definitivamente no estaba contento con que estuviera aquí. 

El claro se iluminó con una tenue luz, revelando símbolos antiguos grabados en el suelo y una figura borrosa moviéndose en la periferia de mi visión. No puedo evitar sentir un escalofrío recorriendo mi columna vertebral, pero también siento una conexión profunda con ese hombre. Mis instintos me dicen que no tengo que temer, que hay algo más en juego aquí que una simple confrontación. 

Las serpientes que me guiaron aquí se enredaron en mis piernas, como si quisieran protegerme de ese humo negro que se regó por alrededor de mí, a vuelta y redonda. 

Lentamente, el humo negro se condensó en una figura imponente frente a mí. Ese demonio se materializó de nuevo ante mis ojos. Sus garras afiladas raspaban el suelo mientras sus ojos dorados me escudriñaban con intensidad. Podía sentir su energía oscura emanando de él, envolviéndome en una atmósfera cargada de peligro y poder.

Él me habló en un tono amenazante, su voz retumbaba en el aire como un eco siniestro. 

—¡Lárgate de este lugar! No tienes idea de lo que despiertas con tu presencia. No te atrevas a desafiar mis dominios. 

Mi corazón latía con fuerza, pero en lugar de ceder ante el miedo, sentía una chispa de valentía encenderse dentro de mí. Me niego a dejarme intimidar por este hombre.

Levanté la mirada hacia él, con determinación en mis ojos. 

—No me moveré de aquí— le respondo firme—. No, hasta que me digas de qué se trata todo esto. ¿Quién es ese hombre? ¿Mi mamá sabe de este lugar y lo que ocultas aquí? 

Con un rugido gutural, se lanzó hacia mí, pero en lugar de atacarme, detuvo su avance justo frente a mi rostro. Pude sentir su aliento frío y oscuro en mi piel y su presencia amenazante envolviéndome.

—Estás desafiando tu propia suerte— susurra con una mezcla de furia y fascinación—. Admiro tu valentía, pero ella no te servirá de nada contra mí. 

—¿Crees que te tengo miedo? —reí—. Me causas de todo, menos miedo. 

Se quedó momentáneamente en silencio, sus ojos dorados brillaban con un destello de sorpresa. 

—Mis ojos nunca te perderán de vista.

En ese momento, se desvaneció en un torbellino de humo negro, dejándome con un escalofrío que recorría mi espina dorsal, pero esta vez no había sido producido por miedo, ni nada que se le asemeje, todo lo contrario. Por alguna razón, me sentí fascinada. 

Redención [✓]Where stories live. Discover now