ESPECIAL (CAPÍTULO TRECE)

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El rayo del sol interrumpió mi sueño. 

Rayos, hace mucho tiempo no dormía tan plácidamente. 

Miré a mi lado y ahí estaba ella, tumbada a mi lado, inmersa en un sueño tranquilo y sereno. Su cabello caía delicadamente sobre su rostro, creando un marco perfecto para su belleza única. Tal parece que ha recobrado sus energías y sus poderes están regresando como para haber regresado a su forma humana. 

Mi mirada se deslizó suavemente por sus rasgos suaves y delicados, mientras una extraña mezcla de admiración y deseo me invadía. Era la primera vez que sentía la irresistible atracción de sus labios, la intensa necesidad de acercarme y perderme en ellos. Quizá fue un momento de debilidad o curiosidad, no lo sé, de lo único que podía dar certeza es de que algo extraño estaba sucediendo dentro de mí. Jamás la había visto con otros ojos. 

Cada respiración suave y acompasada parecía acelerar mi propio ritmo cardíaco. La tentación de robarle un beso se volvía abrumadora, pero también sentía la necesidad de respetar su sueño, de no perturbar su descanso y mucho menos de aprovecharme de ella mientras está en un profundo sueño. Además, una acción como esa en estos momentos, puede llegar a perjudicar nuestra relación e incluso ser incómodo para los dos. 

Eso era lo que me repetía constantemente en la cabeza, pero mi cuerpo no estaba sincronizado en lo absoluto.

Me acerqué lentamente, anhelando el roce de sus labios con los míos, pero en ese momento, me inundó de nuevo ese sentimiento de responsabilidad y consideración. No podía arriesgarme a que la confianza que habíamos construido juntos se viera quebrada. 

En lugar de besarla, mis dedos trazaron suavemente el contorno de su mejilla, como si estuviera acariciando el ala de una mariposa. Un suspiro escapó de mis labios, lleno de anhelo, mientras me perdía en el espectáculo de su belleza tranquila.

Mi mano temblorosa acarició suavemente la suya, pues estaba medio tendida sobre las hojas, sintiendo la suavidad de su piel bajo mis dedos. No sé qué estoy haciendo o por qué lo hago. 

Nuestras miradas se encontraron y cada partícula de mi cuerpo se tensó. Aparté mi mano de la suya, quedando sentado de golpe. 

—Buenos días. Pensé que no despertarías. Ya amaneció, así que podemos regresar a casa. 

—¿Qué estabas pensando hacer? — su pregunta me alertó de sus sospechas. 

—Nada, lo prometo. 

—No adoptes malos hábitos—se sentó, quedando casi a la par conmigo—. Déjale eso a los humanos. Solo ellos mienten, aún mirándote fijamente a los ojos. 

Me miraba de manera insistente, como si estuviera esperando una respuesta honesta de mi parte. 

—Pensaba en… 

—No me gustan los rodeos—me interrumpió. 

La electricidad en el aire se intensificó, creando una corriente de energía que nos envolvía a ambos. Tal vez se debió a la conexión de nuestras miradas en ese fulminante momento. 

Se inclinó lentamente hacia adelante, tomando la iniciativa y sintiendo la calidez de su aliento acercándose al mío. Nuestros labios estaban a solo un suspiro de distancia, y podía sentir la pasión palpitar en cada latido de mi corazón. El mundo desapareció a nuestro alrededor, dejando solo espacio para este momento de conexión intensa.

Pero justo antes de que nuestros labios se encontraran, la presencia de mi hermana nos detuvo y ella reaccionó de manera inmediata, poniéndose de pie. 

—Con que aquí están… te he estado buscando. 

Vala no miró atrás, simplemente desapareció, supongo que se sentía igual de incómoda tras haber sido descubiertos por mi hermana. 

—Siempre tan inoportuna, Noa. 

—Eres insaciable, hermanito. No te basta con la Iria, ahora también quieres echarte al familiar de papá. ¡Eres bárbaro! 

—Estás malinterpretando las cosas. Esa cazadora es solamente un pasatiempo, un sustento temporal, mientras encontramos una solución a nuestros problemas. 

—¿Y qué es Vala? —elevó una ceja maliciosa—. ¿Otro pasatiempo? 

—No, ella es… otra cosa. 

Entrecerró los ojos, esbozando una media sonrisa.

—¿En qué momento se convirtió en “otra cosa”? Si me tienes tanta confianza, ¿por qué no me dijiste que estabas interesado en ella?

—No es lo que crees, Noa. Mejor no hagas más preguntas, me estás estresando. 

—Nuestros padres no estarán muy alegres al respecto. 

—No le digas nada de lo que viste. 

—¿Y crees que no se dará cuenta? —sonrió, dejándome con la duda que había sembrado con su pregunta—. No pensé que Vala fuera tan interesante y astuta. Me agrada. 

[...]

Regresamos a casa, tuve que disculparme con mis padres, porque me habían estado buscando. Les di una excusa y mi hermana me encubrió. Si no hubiera sido por ella, probablemente aún los tendría encima con un severo interrogatorio. 

Me encontraba en el baño, tenía intenciones de darme un ligero baño, pero lo que me detuvo fue el reflejo en el espejo tras quitarme la camisa. Algo capturó mi atención de inmediato. Alrededor de mi abdomen y espalda, había una marca distintiva en forma de espiral perfecta. Mis ojos se abrieron con asombro al darme cuenta de que parecía una marca dejada por una serpiente. Fue ahí que Vala se apareció en mi mente de nuevo. 

La marca era hermosa y misteriosa a la vez por su forma. Sus curvas se entrelazaban delicadamente, recordándome a su cola enroscada alrededor de mí. No había dolor ni incomodidad asociados con ella, solo una sensación de intriga y fascinación. 

¿En qué momento me hizo esta marca, si su aprehensión fue delicada? 

En ningún momento sentí que me hubiera aprisionado tan fuerte como para marcarme así. 

La conversación que tuve con mi hermana apareció en mi mente como una estrella fugaz, al igual de las dudas que en ese momento dejó sembradas en mi cabeza. 

¿Qué significa esta marca? ¿Acaso ella… me marcó a propósito? 

Por alguna razón, esa conclusión que saqué en mi cabeza, aún sin saber si era cierta o no, me robó una sonrisa. 

Tan atrevida y misteriosa. Aunque sea incapaz de leer su mente, sin duda alguna en ese momento ella sintió las mismas ganas que yo. Sus acciones hablan por ella.   

Redención [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora