ESPECIAL (CUARENTA Y CUATRO)

95 18 1
                                    

Azai

Me sentía emocionado mientras me dirigía a la habitación de mi hermana. Mi corazón aún latía acelerado por el recuerdo vivo de lo que había experimentado la noche anterior con mi diosa. Cada paso que daba era una melodía en mi mente, recordando la sensación de nuestras manos entrelazadas y la pasión desbordante que nos unió.

La noche pasada fue simplemente mágica. El roce de su divina piel contra la mía era eléctrico. Nuestros labios se encontraron en un mar de deliciosos y adictivos besos que parecían trascender el tiempo y el espacio, llevándonos a un plano superior de conexión.

La intensidad de nuestras emociones era abrumadora. En sus brazos me sentía completo, como si finalmente hubiera encontrado mi lugar en el universo. No había límites ni barreras entre nosotros, solo amor puro y entrega total.

En esos momentos, el tiempo se detuvo. Las preocupaciones y los problemas del mundo exterior desaparecieron, dejando espacio solo para nuestro amor mutuo y la conexión profunda que compartíamos.

Estaba loco por ver a mi hermana y contarle que por fin formalicé mi relación con ella. Pero justo cuando me detuve en su puerta, oí la voz desconocida de un hombre y mi temor de que estuviera ocurriendo algo malo con mi hermana detrás de esa puerta, me llevó a abrirla de golpe.

Al entrar, mi sorpresa fue mayúscula. Allí, en medio de la habitación, estaba mi hermana cubierta con una sábana, sonriéndome nerviosa, y dos hombres, al único que reconocí fue a Bael, quien estaba completamente desnudo sobre la cama, mientras el otro que, aunque tenía ropa, se podía apreciar que recién despertaba por su cabello despeinado.

Nunca había visto a este hombre antes, pero debía resaltar el hecho de que mi hermana tiene buenos gustos cuando de hombre se trata. Desde los cazadores, hasta Bael y ahora este hombre de ojos azules.

En ese momento, mi mente se dividió entre la incredulidad y una risa contenida. ¿Qué demonios estaba pasando aquí?

El primero en captar mi atención fue Bael, quien parecía haber sido sorprendido en un estado poco favorecedor. Su expresión de sorpresa y la forma en que intentaba cubrirse con lo que encontraba a su alcance era verdaderamente cómica. No pude evitar esbozar una sonrisa picarona y cómplice hacia Noa, sabiendo que esto no sería una conversación fácil de tener.

—Ahora entiendo lo que te ve mi hermana—dejé escapar—. Qué bárbaro, si mi bella hermana ha cenado por dos. 

Noa, por su parte, se unió a mi complicidad y jugó al juego sin tratar de justificar la situación. En cambio, decidió presentarme formalmente a su compañero, a quien no conocía hasta ese momento.

—Hermano, te presento a Azazel; ¿tu tío? —su expresión se tornó algo incómoda al revelar ese dato que desconocía.

—¿Tío? ¿Y de dónde apareció este “tío”?

—Mamá te podrá explicar mejor, supongo… pero ha venido a quedarse con nosotros.

—Ya veo... Bueno, entonces me presento. Soy Azai.

Azazel, con una expresión serena y sin mostrar signos de incomodidad, estrechó mi mano con firmeza.

—Un placer conocerte, Azai. Soy Azazel. Lamento que hayas tenido que presenciar esto tan... inesperado. Supongo que la vida siempre nos sorprende.

No pude evitar soltar una risa.

—Oh, definitivamente. Parece que mi visita ha desenterrado algunos secretos interesantes. Pero no te preocupes, mi hermana siempre ha tenido un gusto por lo... intrigante.

Noa se unió a la conversación, con su mirada cómplice y su sonrisa juguetona.

—Es verdad, siempre me has conocido bien. No hay nada como un poco de emoción en la vida, ¿verdad?

Azazel asintió, tomando la situación con elegancia.

—Sin duda, Noa. A veces, las cosas más inesperadas nos brindan los momentos más memorables.

Nos quedamos allí, los tres, compartiendo una complicidad silenciosa y aceptando la singularidad del momento. Aunque mi mente aún trataba de procesar lo que estaba sucediendo, no pude evitar sentir una profunda alegría al ver la forma en que mi hermana se abría a nuevas experiencias y se rodeaba de personas que la hacían feliz.

Redención [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora