Ritual

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Me rehúso a quedarme de brazos cruzados. No es justo que después de todo lo que ambos pasaron, las cosas entre los dos terminen así.

Me obsesioné tanto con la situación, que acudí a mi padre para pedirle consejos y saber si había alguna manera de traerla a la vida. A pesar de las advertencias de él, estaba dispuesta a llegar a donde tuviera que llegar para ayudarles.

Todo en la vida es un riesgo y esta vez estaba dispuesta a jugar, deseando que mi suerte y búsqueda fuera suficiente para llegar a una solución.

Con ayuda de mi padre, obtuve varios libros del instituto que, aunque no me brindaban una solución, alimentaban mi búsqueda y enriquecían mi conocimiento en magia negra. Louis obtuvo algunos libros de la biblioteca en la mansión, algunos que, por fortuna, sobrevivieron después del incendio. A pesar de haber oído la opinión de mi padre, él ha decidido apoyarme en el proceso.

Di con un libro de magia negra, un ritual para anclar un espíritu errante en una efigie. Por supuesto que tiene sus riesgos y también probabilidades de ser un rotundo fracaso, porque todo está en creer y querer. Jamás había creído en estas cosas, aunque siempre me generó curiosidad el tema. Todo lo que se hace con maldad, a ti regresa, pero en esta ocasión, no quería hacerle un mal a nadie, todo lo contrario, quería usar todo lo que estuviera a mi alcance para reunirlos.

Las instrucciones del ritual dicen que solo se debe realizar en luna llena. Pero antes que todo, debía crear una efigie en forma humana con cualquier material natural, en mi caso y lo que mi padre recomendó es que fuese en tela. Fue un proyecto demasiado complejo para mí que tomó varios días y noches por el tamaño. Fue sacrificado, pero lo logré. Todo esto fue ajeno a Ansel, por supuesto que no iba a decirle sobre esto, porque ni siquiera la recuerda. Además, las probabilidades de que funcione son casi nulas. Cualquiera que me viese, pensaría que he perdido la razón, pero si supieran lo difícil que todo esto ha sido, entenderían mi posición. Me he sumergido tanto en la lectura durante estos días que mi cabeza es un completo desastre ahora con toda la información retenida.

Bajo la luna llena, con ayuda de mi padre y Louis, encontramos el lugar perfecto para realizar el ritual. Y es que regresamos a la guarida donde mi padre estuvo viviendo. Era el mejor lugar donde tendríamos privacidad y estaríamos lejos de todos. Mis hijos están al cuidado de Ansel y le pedí a Vala que se mantuviera cuidándolos.

Mis nervios estaban a flor de piel con la preparación. La efigie que creé con mis propias manos estaba delante de mí. Ambas estábamos rodeadas de velas blancas y negras.

En mis pensamientos solo tenía su rostro y su nombre, era lo único que tenía de ella; y los recuerdos. El riesgo mayor es que alguien no esperado o deseado tome su lugar.

Puse mi dedo pulgar sobre la frente de la efigie, trayendo a mi memoria la última vez que la vi y llamándola cinco veces por su nombre, tal y como el ritual lo menciona. Es la única manera de anclar su alma a esta nueva residencia.

—Espíritu errante, alma viajera; detén tu camino perdido y regresa con los vivos. Te ofrezco esta efigie como residencia permanente, entra en ella y materialízate; conviértela en el reflejo de tu ser pasado. Regresa con nosotros, regresa conmigo, Jana…

En mis adentros guardaba un rayo de esperanza de que todo esto no sería en vano, que podría traerla de vuelta de donde quiera que estuviera, pero mis oraciones no surgieron ningún efecto, por más que las recité más de cinco veces.

—¿Por qué? ¿Por qué no funciona? Hice todo lo que decía— dije desesperanzada.

—Hija…

—¿Qué hice mal?

—No has hecho nada mal. Entiende que no es sencillo. Ella ya se fue.

—Jana, por favor, regresa. Ellos te esperan— le rogué, cerrando mis puños con la tierra que yacía bajo mis rodillas—. Tú tienes que regresar. No te puedes ir así como así, dejando a un hombre que te ha amado toda su vida y a tu bebé… nuestro bebé.

Mis oraciones fueron en vano. Mis ruegos también lo fueron. Un abrazo no era suficiente consuelo para mí en ese momento.

—Mi reina, hiciste lo que pudiste y eso debe… 

—Soy una inútil—le interrumpí—. Debí detenerla en ese momento. Tal vez hubiera sido capaz de hacer algo.

Regresamos a casa, ni siquiera pude mirar a Ansel a la cara cuando llegamos, a sabiendas de que él no estaba ni enterado de lo que estuve haciendo todos estos días.

Era incapaz de llorar y descargar todo lo que llevaba retenido en el pecho, pero toda esta situación hacía que me asfixiara.

Ambos hicieron tanto por mí y todo eso recaía aún más sobre mis espaldas. Porque no pude hacer nada por ellos…

En los momentos donde siento que me desmorono, siempre está él ahí para consolarme, así sea en completo silencio y con su mera existencia. Por eso lo amo con toda mi alma.

Durante horas de la mañana recibí una llamada bastante insistente de mi padre. Louis y yo salimos del baño para atenderla, pues sonó tantas veces que nos interrumpió en el mejor momento.

—Hija, tienes que regresar— su voz se oía preocupada.

—¿Qué pasa, papá?

—No está. He venido a deshacerme de esa muñeca, pero no está.

—¿Qué?

Redención [✓]Where stories live. Discover now