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Capítulo 1177

"¡Lo siento!, no quise decir eso, estoy teniendo un momento de estupidez".
Dijo GeunSuk, mientras encendía el auto, procuró controlar su temperamento y se dijo a sí mismo: 'Este no es el momento ni el lugar para una escena; por mucho que quiera echarlo de mi auto, todavía me puede ser útil'.

"Me gusta que lo reconozcas. ¿Amigos?"
¿Acaso podían seguir siendo amigos luego de eso? La verdad era que KyuJin no estaba tan seguro de ello. Finalmente, los dos llegaron al estudio del amigo de GeunSuk. Una vez allí, KyuJin le mostró sus habilidades en la pasarela a su amigo y se lució. El chico lo ovacionó con entusiasmo.

"¡Bravo! ¡Tienes muchísimo potencial! ¡Eres bienvenido en el mundo del modelaje! Ahora, hay un par de reglas que debes saber....".
Ya  era parte de la agencia, lo cual significaba que debía hacer todo lo que ellos le ordenaran.

Para cuando HongKi se levantó, eran casi las diez de la mañana. Era demasiado tarde como para preparar el desayuno para KyuJin, él tuvo que habérselas arreglado por sí solo ya; pero, aun así, tenía que bajar para ver si estaba bien. Rápidamente se cepilló los dientes, se lavó la cara y salió corriendo escaleras abajo.

¿Pero dónde estaba? ¡No estaba por ningún lado! ¿Estaría en el estudio? No, nada. Era como si simplemente se hubiera desvanecido en el aire.

"¿Habrá salido? Pero ni siquiera dejó una nota".
Murmuró mientras regresaba a su habitación para buscar su teléfono. Una vez allí, abrió la mesita de noche junto a su cama y encontró lo que quedaba de su teléfono, envuelto en una bufanda. No le quedó más que reírse ante el mal recuerdo.

'Estrellado como un huevo contra el piso', pensó. Por un momento olvidó por completo que los matones habían destrozado su teléfono la noche anterior. Tenía que conseguir uno nuevo lo antes posible, su teléfono era demasiado indispensable para él. Pero trató de no pensar en eso.

'Enfócate en Jin, pensó, 'no en el teléfono'. Lo más importante era averiguar el paradero de su cuñado. Por muy adulto que fuese, era nuevo en la ciudad y podía terminar perdiéndose o llegar a una zona peligrosa sin siquiera darse cuenta.

HongKi no podría perdonárselo si algo malo le pasaba. Rápidamente se puso un jean y un suéter estampado, tomó los restos de su teléfono en la bufanda y salió corriendo. Tenía que conseguir inmediatamente un nuevo teléfono, era la manera más rápida de encontrarlo, pues así podría llamarlo.

Rápidamente adquirió uno. Simplemente tuvo que pasar la tarjeta y listo. ¡Problema resuelto! Pero justo cuando terminó de configurar el nuevo teléfono, alguien lo llamó antes de que pudiera comunicarse con KyuJin.

Era Saint quien lo llamaba. Lo menos que esperaba era saber de él, por eso casi se cae de la sorpresa al darse cuenta.

"¡Hola Saint! ¿A qué se debe tu llamada en ese hermoso y soleado día?"
Le dijo con una expresión un tanto preocupado en su rostro. Seguidamente, abrió la puerta de su auto, lanzó la pequeña caja del teléfono y se sentó en el asiento del conductor.

"¡Ahórrate eso! No quiero hablar de nimiedades. Por fin te atrapé ¡Pensé que me estabas evitando!"
Si las miradas mataran, hubiese muerto en ese instante; los ojos de Saint estaban coléricos, a pesar que HongKi no podía verlo.

'¡Mal amigo, no me dijiste que te habías casado! ¿Acaso olvidaste que somos mejores amigos?', pensó Saint para sí mismo.

"¡Pero espera! Si te callas puedo hablar. Verás... mi teléfono se rompió, justo acabo de comprar uno nuevo, por eso es que antes lo tenía apagado".
Ciertamente, HongKi no planeaba contarle toda la verdad. De hecho, en un principio había estado evitando sus llamadas a propósito, pues no quería
escuchar sus quejas de "por qué no me lo dijiste". Pero en ese momento decidió contestar y contarle finalmente.

"¡Eres todo un chico malo, no intentes engañarme! Sabes que no puedes vivir sin tu teléfono".
Espetó Saint. Si no hubiese arreglado aquella cita a ciegas, nunca se habría enterado de que estaba casado.

Lo peor era que el muchacho le reclamó por haber arreglado la cita con un hombre casado, y no con cualquiera, sino con un Mayor General. El pobre no tenía maneras de competir contra eso, y pensó que lo sabía. ¡Y vaya que habían pasado cosas luego de esa cita!

"He estado demasiado ocupado".
Se excusó HongKi. Su voz estaba cargada de culpa, como no estaba acostumbrado a mentir, sonaba muy falsa su excusa.

"¡Vamos! ¿Que estabas muy ocupado? ¡Deja de mentirme! ¿Dónde estás ahora? ¿Crees que tengas algo de tiempo hoy?"
Saint sonaba realmente molesto.

"¿Por qué lo dices? ¿Qué tienes en mente?"
Le preguntó, poniéndose aún más tenso. Tenía los hombros encorvados y podía sentir cómo empezaban a dolerle; sentía como si una persona peligrosa lo estuviera acosando.

"Suenas asustado. Si tuviste las agallas para evitarme, deberías tenerlas para aguantar mi desahogo".
Dijo Saint, quien era tan directo y apasionado, por eso ellos se llevaban tan bien.

"¿Evitarte? Claro que no estaba evitándote".
Respondió HongKi, haciendo una mueca con su boca.

'¿Con que quieres venir a verme solo para fastidiarme? ¡De ninguna manera! ¡No va a pasar!', pensó.

"Vale, ¡Sigue! ¡Continúa fingiendo! ¿O es que ahora tienes Alzheimer? ¿Quieres que te ayude a recordar todo lo que has hecho?"
Dijo Saint, tomando las llaves del auto y saliendo de la habitación. Él quería que le contara todos los detalles sobre su matrimonio.

"No, gracias. Soy demasiado débil para discutir al respecto, no quiero que me dejes lisiado".
Respondió, en tono de lamento. De todos modos, sabía que ya no podía librarse de él.

"¡Esa es la actitud! Entonces, ¿vienes tú o voy yo? ¡Dime, o elegiré por ti!"
Bromeó Saint, mientras esperaba sentado en su auto por la respuesta.

Un verdadero amor 6a parte.Where stories live. Discover now