The Longest Promise (Mirror: Zhu Yan)

Capítulo 18 - Zhu Yan

El superintendente cerró el espejo de agua y la habitación quedó a oscuras por un momento. La princesa heredera no será canonizada hasta el próximo año, y ahora los partidos gobernantes y opositores ya han comenzado a luchar entre sí. Sacudió la cabeza y suspiró, luego miró hacia afuera.

En lo alto de la Pagoda Blanca, la brisa nocturna era tan poderosa que el sonido del aullido hacía que el Templo pareciera embrujado; la plaza frente al templo estaba vacía. Solo el anillo de la esfera armilar se movía lentamente en la plataforma de observación, cubriendo el cielo lleno de estrellas.

De repente, sus ojos se abrieron: de la nada, al final de la plaza vacía afuera, ¡una persona apareció en silencio! El joven que se materializó en la cima de la montaña, de pie sobre la Pagoda Blanca de Jialan flotando, con las manos cruzadas detrás, vestido de blanco bajo el cielo estrellado, observaba atentamente los cambios del campo estelar en lo alto a través del armilar.

¡¿Esa... esa persona es el Gran Sacerdote?!

El Superintendente se puso de pie sorprendido, pero antes de que pudiera escabullirse, vio a otro hombre que subía cojeando a la plataforma de observación de estrellas con muletas, parado detrás del Sacerdote y palmeándolo en el hombro. Era un anciano con cabello y barba largos y blancos, que volaba con el viento y sostenía un trozo de jade en la mano. Resultó ser Da Si Ming, que había vivido recluido y no había sido visto durante muchos días.

¿Por qué estas dos personas aparecieron de repente aquí en medio de la noche?

El Superintendente se acercó apresuradamente a la ventana, haciendo todo lo posible por escuchar su conversación con claridad. Sin embargo, los dos hombres simplemente se pararon en la parte superior de la pagoda de Jialan, de pie con las manos cruzadas, flotando en el viento, sin decirse una palabra, solo observando en silencio las estrellas cambiar sobre sus cabezas.

Después de media hora, finalmente, Da Si Ming habló: "¿Qué tal, lo viste?"

"Sí." Shi Ying dijo suavemente: "Lo vi".

"Kongsang está destruido, la catástrofe se acerca... ¡La sangre fluye hacia un río!" Con el trozo de jade en la mano, Da Si Ming señaló la pieza de encantamiento casi invisible y suspiró: "¡Se acerca el fin de la gente de Kongsang! ¡Y ahora en la Capital Imperial, estas personas todavía están ocupadas luchando entre sí! ¿La dinastía Menghua? ¡Jaja, todavía están soñando!"

¿Qué? Da Si Ming está borracho otra vez, ¿verdad? El Superintendente de la Prisión Celestial sintió un latido en el corazón.

Se puso de puntillas y miró desde la ventana en la dirección señalada por Da Si Ming. El campo de estrellas cambió, el calendario de efemérides pasó por el almanaque, pero por mucho que miraba, no podía ver nada extraño en esa zona. Cuando no pudo evitar volver a mirar, de pronto todo frente a sus ojos se oscureció: un par de enormes alas descendieron del cielo, con un ligero barrido golpearon al mirón en la cabeza y el voyeur se desmayó de frente; un pico afilado lo picó por la ropa, y el cuerpo inerte fue arrojado horizontalmente por la ventana.

"¡Chongming, no puedes comer!" Shi Ying frunció el ceño levemente y regañó al pájaro sin mirar atrás, "Devuélvelo".

Con un movimiento de sus alas, el pájaro divino escupió de mala gana al Supervisor que colgaba de su boca y lo arrojó por la ventana, emitiendo un arrullo de protesta.

Shi Ying voltio a mirar la dirección armilar y asintió con la cabeza a Da Si Ming: "Sí, lo vi abajo; aunque tu predicción es cruel, sin duda es precisa."

Sí, en ese campo estrellado, hay una parte del mal que aún es invisible a simple vista, como una niebla tenue, que se filtra silenciosamente, y alcanzará la posición de la Osa Mayor dentro de cincuenta años. Cuando el demonio malvado que representa el renacimiento de los muertos y el regreso de las personas que se van envuelve la tierra, ¡Yunhuang caerá en una confusión sin precedentes!