The Longest Promise (Mirror: Zhu Yan)

Capítulo 47 - Zhu Yan

Yuan no habló, solo levantó la mano y agarró lentamente la espada que sostenía; en ese momento, un aura severa surgió repentinamente del hombre que siempre había sido distante y cordial, y por un momento todo su cuerpo parecía una espada que ¡Había sido desenvainado y liberado!

"Oh, ¿así que de hecho no estás bajo el Sabio de la Espada?" Evidentemente, era la primera vez que veía claramente la espada de Yuan, y un indicio de perspicacia atravesó los ojos de Shi Ying: "¿Estás usando una espada sólida? ¿Es porque aún no has alcanzado el dominio del Sabio de la Espada usando Qi? ¿O es...?

Antes de que pudiera decir otra palabra, un relámpago lo golpeó en la cara.

"¡Pruébalo y verás!" ¡Yuan se rio fríamente en voz baja y clavó su espada hacia adelante!

Zhu Yan estaba atónito e incrédulo, un poco abrumado: ¡ellos... estaban realmente peleando! ¡Las dos personas más importantes en su vida estaban peleando justo frente a ella!

"¡No... dejes de pelear!" Se sintió un poco abrumada por un momento y gritó repetidamente: "¿No podemos simplemente discutir todo correctamente? ¡Deja de pelear! ¡Detenlo ahora!"

Sin embargo, nadie prestó atención a sus gritos.

Fue una lucha a vida o muerte. Cuando la espada de Yuan salió de su vaina, el viento que levantó sacudió los artefactos de la habitación. A medida que la espada emergía con una velocidad cada vez mayor, el sonido del viento atravesaba la grieta a lo largo del lomo negro de la hoja, la voluta de sonido gimió y cambió, volviéndose cada vez más urgente, ¡y al final bordeando un gemido fantasmal!

El relámpago negro se arremolinó alrededor de la pequeña habitación y a través del corredor, ágil y fluido, viajando en una miríada de direcciones, sin embargo, no importa cuán violentamente atacó, solo hizo que Shi Ying retrocediera unos pasos de la habitación hacia el corredor. .

El rostro de Shi Ying permaneció sereno, solo levantando las manos de debajo de su túnica blanca.

Fue solo un simple gesto, pero causó que Zhu Yan se sorprendiera: era la primera vez en su vida que veía a su Maestro usando ambas manos para formar un sello.

De pie en las profundidades del pasaje oscuro, la expresión de Shi Ying era austera y serena, sus ojos ligeramente bajos mientras miraba sus propias manos, sin siquiera molestarse en mirar la espada de su oponente y, sin embargo, cada movimiento de sus dedos coincidía con la dirección en el que Yuan lanzó su espada! ¡En un instante, las paredes invisibles se levantaron en el vacío, desviando los ataques de la espada negra hacia su oponente en el último momento!

Los diez dedos de Shi Ying se entrelazaron sobre su pecho en varios gestos, silenciosos y rápidos, cada movimiento representando un hechizo extremadamente poderoso: ya sea defensivo u ofensivo, distante o cercano; lo suficientemente escaso como para permitir que un caballo gire, lo suficientemente denso para resistir la penetración del viento.