The Longest Promise (Mirror: Zhu Yan)

Capítulo 42 - Zhu Yan

"Princesa... ¡Gongzi! ¿Estás bien?" El ama de llaves preguntó ansiosamente.

Zhu Yan se estremeció y pareció ser indultado por su voz; ella no le devolvió la mirada, solo levantó la mano y la agitó, luego rápidamente se llevó el dedo a los labios en un gesto de silencio.

En ese momento, el ama de llaves finalmente vio al invitado de pie detrás de la ventana al otro lado de la habitación.

El benefactor que había tirado diez mil piezas de oro, estaba sentado allí de espaldas a ellos, sin hablar. Desde atrás, parecía bastante joven, no más de veintitantos años, y aunque solo estaba parado allí en silencio, su aura y comportamiento sugerían la presencia de una fuerza inmensa y poderosa, como la tortuga esclava descrita anteriormente. Aunque alguien había roto la puerta, la otra persona no se dio la vuelta, sino que solo movió los dedos alrededor de la copa de celadón decorada con hielo, haciendo un ligero "clic".

El corazón del ama de llaves se apretó y se apresuró a alejar a Zhu Yan, en caso de que fuera a causar más problemas en un ataque de ira. Sin embargo, la joven enfurecida solo miró al frente, con la boca abierta y los labios moviéndose como si se hubiera tragado un grito ahogado de sorpresa.

"¡Lamento haber molestado a Su Excelencia! ¡Pide perdón, disculpas!" El ama de llaves temía que la contraparte se rompiera en cualquier momento y rápidamente hizo las paces, luego tiró de Zhu Yan y dijo en voz baja: "Vamos rápido, mi señora... vamos, te lo ruego".

Como si hubiera vuelto en sí, Zhu Yan dio un paso atrás sin hacer ruido, pero tiró de su manga con todas sus fuerzas, se dio la vuelta y salió corriendo lo más rápido que pudo. El ama de llaves estaba confundida por este movimiento sin cerebro de ella y la siguió.

Los dos corrieron y se retiraron al mismo tiempo al pasillo exterior, y solo después de ver que la persona que estaba dentro no había girado la cabeza ni había venido a perseguirlos, Zhu Yan dejó escapar un largo suspiro de alivio y levantó la mano limpiándose la frente, ¡había salido tanto sudor en su frente en ese instante!

"¿Que esta pasando?" El ama de llaves se preguntó: "Princesa, ¿estás bien?"
"No hay nada, estoy bien... ¡solo, vámonos!" Se sonrojó un poco y salió corriendo por la puerta.

Tan pronto como se dieron la vuelta, una sombra oscura se movió afuera, la ventana se abrió y un grupo de hombres saltó sin hacer ruido, y tan pronto como vieron al ama de llaves, todos se inclinaron al unísono, "¡Jefe mayordomo!"

"¡Qué te tomó tanto tiempo para llegar aquí!" El mayordomo los regañó en voz baja: "¡Todo está bien ahora, vámonos!"

Retrocedieron varios pasos y chocaron con la esclava tortuga que corría hacia la escena. Al ver que el caos se había calmado por completo, el esclavo tortuga no pudo evitar suspirar de alivio y los persiguió con una sonrisa en su rostro, "Oye Gongzi, ¿te vas ahora? Es una rara ocasión para venir aquí, hay tantas bellezas en las nubes del océano estrellado, ¿te gustaría ver más?

Zhu Yan avanzó tres pasos a la vez y salió del corredor, ignorando todo el camino la charla de la esclava tortuga, con el rostro nublado por la incertidumbre, inquieta por lo que estaba pensando.

De repente, se quedó quieta de nuevo y pisoteó violentamente.

"No, de ninguna manera... ¡debe haberme visto!" La expresión de Zhu Yan estaba aterrorizada, como si el cielo se estuviera cayendo, y murmuró: "¡Se acabó esta vez! ¿Qué tengo que hacer?"

"¿Qué es?" El ama de llaves estaba atónita y desconcertada, "¿Qué pasa?"
Zhu Yan lo ignoró y dio vueltas en su lugar como un mosquito sin cabeza por un tiempo antes de darse la vuelta repentinamente y sacar una pila de boletos plateados de sus brazos y golpearlos en la mano del esclavo tortuga, "¡Toma estos!"