Capítulo 208: ¡El fin de la vibrante juventud!

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El coche siguió avanzando por la calle tras un repentino giro, el corazón de Bai Luoyin estaba acelerado, giró la cabeza hacia Gu Hai y preguntó, “¿Qué te pasa hoy?” 

Gu Hai sonrió astutamente, “Aún tengo un poco de sueño.”

En frente, la calle era recta y habían pocos automóviles, Gu Hai suspiró de alivio por un instante. No importaba si los frenos no funcionaban apropiadamente, podía desacelerar a la fuerza mientras cambiaba de velocidades. Por el rabillo del ojo miró a Bai Luoyin, este le miraba y en sus ojos se notaba un poco de inquietud.

Gu Hai, no sé porqué pero me siento nervioso.”

Los tensos músculos de la cara de Gu Hai de pronto se relajaron mientras que deliberadamente ajustaba su tono por uno más lento y tranquilo. 

“No hay ningún problema. Ya que te asustaste hace un momento, estarás mejor después de que te cuente un chiste.”

“Está bien, dímelo,” dijo Bai Luoyin débilmente.

Gu Hai mostró una sonrisa relajada, “Primero cierra los ojos.”

“¿Por qué habría de cerrar los ojos?”

“Para escuchar este chiste tienes que cerrar los ojos.”

Bai Luoyin no sabía qué ridícula treta estaba intentando realizar pero lleno de curiosidad cumplió con la solicitud y cerró los ojos. Pensó para sí que si iba a caer en una trampa entonces bien podría caer apropiadamente ya que en el mejor de los casos solo sería un ataque sorpresa y nada más.

“Se dice que hay un pueblo con una alta taza de fertilidad...”

Dijo Gu Hai tranquilamente mientras cambiaba a segunda velocidad y tiraba del embrague para disminuir la marcha, con lo que la velocidad cayó inmediatamente.

Bai Luoyin estaba por abrir los ojos pero Gu Hai comenzó a hablar otra vez, “Un día, un oficial de la provincia de Tianzhen fue a este pueblo con intenciones de difundir el conocimiento sobre los anticonceptivos. Llevó consigo una caja de condones y les enseñó a los pueblerinos cómo usarlos...”

Bai Luoyin escuchó que seguía hablando así que permaneció con los ojos cerrados. Supuso que había aparecido un coche enfrente y por eso él había pisado repentinamente los frenos. 

Gu Hai esperó una oportunidad para cambiar a primera velocidad antes de lentamente tirar del freno de mano y cuidadosamente lo sujetó y aflojó intermitentemente...

“Dos años después, algunos oficiales fueron otra vez al pueblo para realizar una inspección y descubrieron que el pueblo aún tenía un alto índice de fertilidad.”

Justo cuando el coche estaba por detenerse por completo, en la intersección un gran camión de mensajería apareció de repente a la velocidad de la luz y en un instante avanzó directamente hacia su dirección.

“¿Sabes por qué?” de la frente de Gu Hai caían gotas de sudor.

Bai Luoyin negó con la cabeza, “¿Por qué?

“Un hombre le dijo al oficial. ‘Escuché sus palabras y lo usé cada día pero descubrí que era imposible orinar si lo tenía puesto, por eso le corté la punta.’”

Are You Addicted (Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora