Are You Addicted (Volumen II)

Capitulo 234: El movimiento íntimo de la pareja

ADVERTENCIA: El capítulo incluye contenido restringido, solo apto para mayores de edad. Evita leerlo si no tienes la edad apropiada.

Gu Hai cerró la puerta con una patada y de inmediato empujó a Bai Luoyin contra la pared, llenándolo de besos sin fin. La espalda de Bai Luoyin fue presionada firmemente contra la fría pared pero su pecho ardía en pasión. Las manos de Gu Hai recorrieron impacientes todo su cuerpo, amando cada pulgada de su suave piel, incapaz de soltarlo y sin saber dónde se detendrían sus manos errantes. 

De pronto, hubo un estallido de música. El cuerpo de Bai Luoyin se tensó. Solo pudo ver a Gu Hai bajar su mano para apagar un interruptor, entonces la música se detuvo. Bai Luoyin miró hacia abajo donde se encontraba la fuente de la música. Quedó atónito. En los brazos de Gu Hai estaba el burro que le había dado.

“¿Por qué lo llevaste otra vez? ¿No dijiste a vez pasada que era humillante dejarlo en el trabajo?” Bai Luoyin se burló de él a propósito.

Gu Hai dijo con descaro, “Ahora no puedo vivir sin él.”

Bai Luoyin se rió, “¿En serio te gusta tanto?”

Gu Hai tocó la cabeza del burro, y murmuró para sí mismo, “Es muy útil.”

“¿Útil?” Bai Luoyin tenía una mirada de incomprensión.

Gu Hai felizmente se sentó en el sofá, puso el burro entre sus pernas y encendió el interruptor. La cabeza del pequeño burro se balanceaba de un lado a otro, frotando el área entre las piernas de Gu Hai, ¡haciéndole gritar que se sentía bien!

Bai Luoyin estaba lastimosamente impresionado por Gu Hai ya que de inmediato vociferó, “¡¿De verdad lo usaste para hacer eso?!”

Gu Hai pretendió ser ignorante, “¿No me lo diste a propósito como juguete sexual?”

“... ¡¡¡Tú!!!....”

Al ver que el Comandante Bai estaba por usar la fuerza, el Presidente Gu lo detuvo y rápido intentó decir algo modesto, “No, no,... no te enojes, solo estoy jugando contigo. No haría algo tan bajo. En realidad, lo he estado cuidando como si fuera mi hijo, lo abrazo para dormir cada noche.”

Bai Luoyin tomó el burro de manos de Gu Hai, miró hacia abajo y se dio cuenta de que el pelo del burro casi se había ido.

“¡¡¡Ah!!!....” 

Bai Luoyin le dio unos buenos golpes a Gu Hai. Junto con los últimos, las discusiones del pasado fueron resueltas. Esta vez Gu Hai no luchó, en su lugar, estuvo dispuesto a sufrir la golpiza, todo era significativo, él sabía que Bai Luoyin no le pegaría fuerte. Después de que Bai Luoyin terminó de pegarle, Gu Hai tiró de él hacia sus brazos y dijo con calidez, “Tomemos una ducha juntos.”