Capitulo 236: ¡Un perro se tragó la comida!

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A la mañana siguiente, Gu Hai se fue temprano a trabajar. Cuando regresó a la hora del almuerzo, Bai Luoyin seguía durmiendo. El desayuno que había hecho para él seguía intacto por lo que lo tiró y preparó el almuerzo. Quería despertarlo pero decidió no hacerlo después de verlo dormir tan profundamente. Se sentó y lo miró con ternura sin hacer sonido alguno por alrededor de diez minutos, poco dispuesto a pronunciar palabra alguna.

Sin más opción, le dejó una nota y regresó al trabajo.

Inmediatamente después de que Gu Hai se fue, llegó Gu Yang. Estaba por tomar su vuelo en la noche de vuelta a Hong Kong y quería verlo antes de irse, pero simplemente sucedió que ambos perdieron la oportunidad de encontrarse. Al principio, Gu Yang fue a buscarlo en la compañía, pero ya que Gu Hai se encontraba en casa, entonces fue a buscarlo ahí. Sin embargo, cuando llegó a su domicilio, Gu Hai se había marchado ya.

Gu Yang apropósito no quiso llamarlo y preguntarle en dónde estaba. Pensó que si se podían encontrar estaría bien, pero si no sucedía, entonces que así fuese.

Al ver que la puerta de la casa estaba cerrada, se paró ahí, debatiéndose si debía entrar o no. Tenía las llaves del lugar, Gu Hai se las había dado hacía mucho tiempo atrás. A esta hora, obviamente ya no debía haber nadie. Gu Yang no sabía qué podía o qué debía hacer una vez que entrara.

Justo cuando estaba por darse la vuelta y marcharse, se detuvo repentinamente. Sintió sutilmente que la casa no estaba vacía. Se percibía el soplo de una criatura viviente en el interior.

Gu Yang abrió la puerta y entró.

La sala estaba llena con el aroma de una comida atrayente. Gu Yang tomó la nota en la mesa para el café y la leyó, ‘La comida está en el horno, sácala para que comas. Regresaré después del trabajo. Si no puedes esperar, entonces ven a buscarme en la compañía.’

Incluso un tonto podía ver que había otra persona en la casa.

Parecía como si su primo le hubiese dado la bienvenida a una segunda primavera en su vida.

La puerta de la alcoba estaba cerrada. Gu Yang la empujó ligeramente y entró en silencio. De hecho, una persona estaba durmiendo en la cama con la cobija envolviéndolo fuertemente como a una oruga, con solo la parcial exposición de su cabeza. En la habitación reverberaba el sutil aroma después del sexo. Si eres un hombre, definitivamente sabrás lo que sucedió en esta habitación la noche anterior. 

Cuando notó que la persona en la cama era Bai Luoyin, su corazón de pronto se sintió extrañamente infeliz.

Y este extraño sentimiento de infelicidad era distinto al que tenía cuando los vio juntos hace ocho años. En ese entonces, fue un rechazo desde el fondo de su corazón, ahora, era simplemente incomodidad. Al igual que antes, cuando se paró en la puerta, tuvo un presentimiento de que se podría encontrarse con una escena que hubiese querido no ver, sin embargo, no pudo contenerse a sí mismo de no entrar.

Acostado en la cama, la mente de Bai Luoyin seguía aturdida. Pensó que Gu Hai seguía en casa. De hecho, antes, cuando él se sentó en la cama mirándolo, estaba plenamente consciente de ello pero tenía tanto sueño y pereza como para abrir los ojos. 

Gu Yang se sentó en un extremo de la cama con su espalda dando hacia Bai Luoyin, silenciosamente fumó un cigarrillo. Su corazón tenía esta intranquilidad que no podía explicar. 

Are You Addicted (Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora