Are You Addicted (Volumen II)

Capitulo 237: El campesino se convierte en emperador

Bai Luoyin regresó a su dormitorio un día antes de que terminaran sus vacaciones. Gu Hai lo acompañó y esta vez fue significativamente diferente a las dos ocasiones anteriores que estuvo allí. Esta ocasión cuando entró al dormitorio, ignoró a Bai Luoyin por completo y ni siquiera se molestó en mirarlo. Con una actitud de joven maestro, lo corrió de su propio dormitorio.

Esto no fue porque Gu Hai intentase ser arrogante, sino porque sentía que el lugar era simplemente inhabitable. 

Como un soldado sumiso, Gu Hai limpió por completo el lugar. Bai Luoyin quería ayudar pero impotente fue maldecido, “¡Solo sal a tomar algo de aire! Estará más limpio sin ti aquí.” 

Bai Luoyin solo pudo permanecer tontamente en el exterior, viendo como Gu Hai procedía entonces a tirar todos sus objetos preciados.

“Oye, has de saber que Xiao Wu Xin me compró nuevo ese humificador hace algunos años.”

Habría sido mejor que no lo hubiera mencionado porque sin saberlo, Gu Hai simplemente lo habría tirado, pero después de lo que dijo Bai Luoyin, lo estrelló violentamente contra el piso.

“¿Incluso tiras el cenicero?” El corazón de Bai Luoyin comenzó a doler mientras se inclinaba para levantarlo del piso.

Gu Hai se recargó en la puerta, con una expresión lúgubre miró a Bai Luoyin, “¡Tú tíralo por mi!”

*/El bastardo todavía lo sostiene como si fuese algún tipo de preciado tesoro a pesar de que ya le salió moho. Realmente no sé cómo es que vivió todos estos ocho años. /*

Mientras Bai Luoyin esperaba pacientemente en el exterior de su dormitorio, ocasionalmente algunos soldados y oficiales pasaban de largo y lo saludaban. Bai Luoyin sintió como si hubiera perdido totalmente su reputación. Después de todo, él era un destacado comandante de batallón con cientos de hombres bajo su mando. Pero ahora, debido a un problema de higiene, estaba siendo reprendido por una persona fuera de las tropas hasta el punto en que ni siquiera tenía el poder de desquitarse.

Cuando Gu Hai casi terminaba de limpiar la habitación, Bai Luoyin entró y se encontró con que él estaba enrollando su cobija. 

“¿Incluso vas a tirar la cobija?” Bai Luoyin intentó detenerlo.

“¿Qué hay por esperar además de tirarla?” La cara de Gu Hai se tranquilizó un poco. “Tócala, ¿ves lo húmeda que está esto? ¿No temes contraer piojos cuando usas una cobija así de húmeda?”

Bai Luoyin la tocó. En realidad, se sentía medianamente húmeda. Se preguntó por qué nunca antes lo había notado.

“¿Es necesario deshacerse de la colchoneta?”

Bai Luoyin se dio cuenta de que había sido removida de la cama de madera.

Gu Hai se detuvo y le dio una mirada de irritación, “Ni siquiera menciones la colchoneta, ¡también tengo que cambiar esta cama!”

“La cama es una propiedad pública que pertenece al ejército, no depende de ti decir si se tira o no.”

Al final, Bai Luoyin, como Comandante, no tenía ningún prestigio frente a este hombre.