Are You Addicted (Volumen II)

Capitulo 282: Yin Zi le pone las cosas difíciles a Lao Zhou

En el momento en que las tropas llegaron a la base de entrenamiento confinada completamente, ya era mitad de la noche. Muchos soldados se encontraban dormidos en el vehículo. Bai Luoyin se sentó detrás del conductor y una vez que el vehículo llegó a la base, giró su cabeza hacia las decenas de soldados y les ordenó en voz alta, “Hemos llegado a la base de entrenamiento. Levántense. Ya no duerman.”

El conductor al frente quedó sorprendido por una orden tan fuerte y clara. */Después de estar sentado en el vehículo por largo tiempo, ¿cómo puede seguir tan alerta?/*

Bai Luoyin se paró en el exterior y vio como cada soldado bajada.

Liu Chong fue el último en bajar. Al ver a Bai Luoyin parado en la puerta del vehículo, conscientemente apresuró sus pasos. Una vez que bajó, rápidamente fue tras la tropa.

Bai Luoyin lo jaló de vuelta.

Al ver que Gu Ha casi lo mató la vez pasada, este pequeño oficial había mantenido una distancia de él.

“¿Aún tienes rencores?” Preguntó Bai Luoyin con una voz suave, muy rara en él.

Liu Chong sonrió con extrema precaución, “Nunca podría tener rencores contra ti. Cuando al inicio me alisté en el ejército, si no fuese por ti, quien me cuidó de más, mi vida habría sido muy dura en ese año. En aquella época, pensé en muchas cosas. Fui un poco egoísta, siempre creí que estaba mostrando preocupación por ti, pero al contrario, te causé innecesarios problemas.”

Bai Luoyin entornó ligeramente sus ojos y lo miró, “¿Últimamente no has estado apareciendo ante mi porque aún piensas en estas cosas?”

“No, no realmente...” Liu Chong se rascó la cabeza avergonzado, “He estado trabajando duro para compensar aquellos entrenamientos perdidos. Si no hubiera puesto especial atención, seguramente no habría sido capaz de participar en esta misión.”

Bai Luoyin asintió, “Es cierto, está bien que estés motivado.”

Liu Chong se dio cuenta de que el día de hoy Bai Luoyin parecía un poco inusual. Sus ojos destellaban en un alto espíritu que emitía este brillante resplandor en medio de la noche. Era como si el viaje no hubiese sido agotador. Todo su cuerpo estaba lleno de vitalidad.

“Xiao Bai, ¿toda tu gente está aquí?” se escuchó una voz distante.

Bai Luoyin le dio una palmada en el hombro a Liu Chong, “Está bien que no me odies. Hablaremos de nuevo cuando haya tiempo. ¡Regresa y ten un buen descanso!”

Después de terminar de hablar, corrió hacia las personas que no estaban muy lejos.

Poco después de las dos de la madrugada, después de que los cuarteles para dormir de todos los soldados fueron arreglados, Zhou Lingyun estaba parado alto y firme en la torre de control de vuelo. Sus ojos miraron fijamente la inmensidad de la noche. En toda el área, el campo de entrenamiento a su alrededor exhibía una majestuosa belleza bajo el cielo infinito. No muy lejos, docenas de aviones de combate estaban alineados, esperando para la acción. El corazón de Zhou Lingyun tuvo un débil rastro de emoción.

De pronto, firmes pasos provinieron desde su espalda. El fuerte ritmo de los pasos reveló a una persona con gran entusiasmo.