Capítulo 12

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—Liv, ¿recuerdas algo de cuando despertaste luego de la cirugía? —preguntó calmadamente.

—Bueno, no, en realidad no —habló en tono de disculpas.

—Por eso mismo Liv. Tienen que prestar atención a todos los signos de alerta, después de todo incluso olvidaste que tienes una hija.

—No puedo creer que realmente me olvide de ella.

—Liv, que era producto de tu estado. Después cuando reaccionaste bien preguntaste de inmediato por ella. Debes estar tranquila por eso. No fue mi intención molestarte —estaba arrepentido de haberle dicho, ahora podía ver la tristeza en su mirada.

—Realmente quiero salir de aquí —dijo ella sin darse por vencida. 

Elliot soltó una carcajada que hizo saltar a Emily. Le susurró con cariño que volviera a dormir y la acomodó. La bebé volvió a quedarse dormida. El corazón de Olivia se apretaba al ver la forma que tenía Elliot de actuar con su hija, a veces ella olvidaba que ella no tenía un padre presente. 

—Elliot... —tomó aire—. Creo que deberías ir a casa a descansar. Ya es tarde y no es justo para ti ni para Emily dormir nuevamente en una silla incomoda —no quería quedarse sola, pero podía ver el cansancio en Elliot. Además era sábado por la tarde y él estaba aún ahí con ella, dejando a sus hijos de lado—. Estoy segura de que los niños te quieren ver —podría haber tenido un accidente, pero no olvidaba que era fin de semana y que era su tiempo para estar con sus hijos.

—No pienso moverme de aquí, Benson —sonrió.

—Me van a dar un sedante para dormir. Creo que no te voy a extrañar durante la noche, Stabler —le dijo devolviendo la sonrisa—. Además te ves cansado. Estoy segura que una buena ducha y dormir en tu cama pueden hacerte muy bien —insistió.

—¿Insinúas que huelo mal? —frunció el ceño pareciendo molesto.

—¡Dios Elliot, por supuesto que no! —rió—. Elliot en serio, ella necesita descansar y realmente se ve que necesitas una cómoda cama —dijo consciente que la noche anterior ambos se habían amanecido casi toda la noche y él no había dormido nada.

—Creo que tienes razón Liv —tomó una decisión—. Voy y vuelvo —le dijo levantándose de la silla, haciendo un pequeño gemido, su cuello estaba adolorido de la posición en la que estaba. 

—¿Te vas a casa? 

—Voy a hacer una llamada. Vuelvo en unos minutos.

Liv lo miró extrañado, ni idea a que llamada se refería. Se acomodó por décima vez entre las almohadas blancas de la cama de hospital, odiándolas tanto como las amaba.

—Dios... quiero salir de aquí —gemía frustrada, agarrando en su puño las sábanas, querías estar en casa, cuidando de su hija. 

—Está todo listo — dijo Elliot ingresando a la habitación.

—Listo. ¿Qué está listo?

—Emily va a ir a casa esta noche —sonrió.

—¿Y tú? —preguntó Liv, algo le decía que a pesar de su insistencia él se quedaba.

—Me quedo contigo Olivia —no quería repetirle que había prometido estar siempre con ella y que lo iba a cumplir.

—Elliot, que no es necesario. Sabes que me voy a dormir y soy aburrida mientras lo hago —dijo riendo.

—Me siento mucho mejor sabiendo que no estás sola en esta fea habitación de hospital —a pesar de las flores y los globos que decoraban en lugar y que habían sido enviados por su compañeros, la habitación seguía siendo ligeramente deprimente.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now