Capítulo 38

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Despertaron a la mañana siguiente desnudos, abrazados aún después de haber hecho el amor por segunda vez. Habían quedado exhaustos pero completamente felices y satisfechos, iban a ser las 7 de la mañana.

—Buenos días hermosa —saludó Elliot besando sus labios dulces.

—Hmmm buenos días —respondió con voz cansada.

—Ve a la ducha. Voy a ver a Emily —sabía que a ella no le gustaba ver a su hija oliendo a sexo y placer, aunque claramente la bebé no podía identificarlo, era una especie de respeto hacía la pequeña.

—Está bien... —estiró sus brazos para luchar contra la pereza, en dos horas tenía que estar en la corte para apoyar a Catalina—. La leche... 

—Está en el mueble superior. Cinco de leche. Lo sé amor —sonrió, ya sabía los gustos de la niña a cabalidad—. Ve a la ducha Olivia, yo me encargo —se levantó de la cama en busca de ropa interior y una polera para ir a ver a la bebé. 

—Gracias cariño —agradeció sin levantarse de la cama, su cuerpo estaba adolorido y cansado.

Vio como Elliot salió de la habitación, su primera parada de seguro iba a ser la cocina para preparar el biberón de su hija, para luego ir a su habitación para despertarla. Olivia sonrió, era increíble la forma como Elliot se preocupaba de la bebé, era bueno que la niña tuviera la figura paterna en su vida, aunque Elliot no fuera su padre biológico, la sangre a veces no era lo suficiente para crear un vínculo, ella lo sabía por lo que hace meses él era su padre y punto.

Se levantó y se fue directo al cuarto de baño para tomar una ducha rápida para alcanzar algo de tiempo para estar con Emily antes de tener que ir al trabajo y por supuesto pasar algo de tiempo con sus dos amores, esto por supuesto incluía al hombre que había estado amando gran parte de la noche. Después de diez minutos salió hacia su pequeña sala de estar donde se podía ver la televisión encendida en el canal de dibujos animados. Vio en el sofá, Emily estaba recostada sobre Elliot, con la mirada fijamente en la televisión mientras se tomaba su leche. Elliot escuchó ruido detrás de él y se volteó.

—Hola —saludó Elliot dulcemente, ella ya estaba vestida para el trabajo.

—Voy a hacer café —dijo, tenían que optimizar el tiempo. 

Vio a sus amores juntos en el sofá y supo que ambos se extrañaban demasiado por lo que le dio tiempo a solas y se fue a la cocina. Una taza de café sonaba increíble en la mañana, después del nacimiento de Emily había vuelto a hacerse adicta a ese casi vital elemento para ella.

Liv observó como aún seguían ambos recostados en el sofá, Emily tenía su cabeza apoyada en el pecho de Elliot, descansando claramente como padre e hija. Sonrío, la imagen nunca dejaba de ser perfecta.

—El desayuno está listo —llevó las tostadas a la mesa en conjunto con dos tazas de café y un pequeño pocillo de bananas cortados en cuadraditos para Emily, estaba haciendo casi malabares con todos los elementos.

A pesar de haber tomado su leche, la bebé siempre estaba de ánimo para la fruta. Elliot escuchó el llamado de Liv y puso el biberón vacío de Emily en la mesa frente a él.

—Vamos cariño —la dejó en el suelo para que la niña caminara sola hasta su madre.

—Hola cariño —saludó a su hija, la niña no había pedido por ella durante los últimos minutos, y en vez de sentirse dolida por haber sido cambiada por Elliot, sabía que no era así, su hija simplemente extrañaba su padre.

—¡Mami! —gritó la niña corriendo lo más rápido que pudo hacia Olivia. Ella se agachó para alcanzar su abrazo—. Te amo mami —le dio un beso húmedo—. Amo a papá también —agregó la bebé, por supuesto a su corta edad ella no quería a ninguno de ellos herido.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora